Programa para un practicante avanzado

Lo primero será definir que es un «practicante avanzado». En esta ocasión, vamos a ser modestos en los requisitos y consideraremos como tal al estudiante que ya conoce todo el temario básico (forma, tuishou, aplicación, qigong y teoría) y razonablemente sabe como usarlo.

En definitiva, alguien a quien le queda poco temario para aprender, pero evidentemente mucho que mejorar. Esto, hablando de tiempo podría estar sucediendo a partir de 4º-5º año de practica seria, lo que en general se corresponde con el grado de «cinturón negro» en la mayoría de los sistemas que poseen dicha graduación (algo que por cierto, en TCC no existe como tal, al margen de organizaciones y federaciones).

Bien, llegados a este punto, el practicante debería tener claro que aunque «conoce el temario», tiene mucho camino por delante en su tarea de mejorar y dominar dicho temario y que dicha mejora viene de la mano de un continuo entrenamiento y estudio de lo que haces y practicas.

Para empezar, tienes que entrenar mucho TU SOLO. El maestro, el profesor, llegados a este punto te orienta, pero el aprendizaje empieza a ser ya responsabilidad tuya.

Lo primero, es profundizar en el cuerpo teórico del sistema para así saber «que» y «como» hemos de mejorar. Y luego, analizar todas las herramientas disponibles y usarlas.

Un vez que ya no hay nuevos conocimientos «curriculares» que adquirir, debemos empezar a considerar que hay que profundizar en el aspecto práctico del sistema, analizando objetivos y métodos de entrenamiento para alcanzarlos.

Pongamos el caso del fútbol. De niño, juegas con tus amigos en el colegio. Conoces las reglas, conoces el objetivo (meter goles, que no te los metan). Tu metodología de práctica es hacer dos equipos y jugar. Punto y final.

Sin embargo, si miramos como trabaja un equipo con entrenador, incluso un equipo infantil, la cosa varía muchísimo.

En primer lugar, la forma física adquiere un dimensión protagonista y dedicas un tiempo importante a correr, a hacer trabajos de fuerza y resistencia y a mejorar tu elasticidad.

En el aspecto técnico, se ensayan jugadas, se repiten técnicas básicas como pases, tiros a puerta, penaltis… ¿Y jugar partidos?. Pues algunos partidos de entrenamiento, pero muy pocos. Los partidos se hacen los días que toca y contra otro equipo. Uno no se cansa haciendo partidos «innecesarios» y se reserva para los de «verdad».

Volvamos al TCC. Un practicante novel, va a clase, hace formas en grupo, hace qigong en grupo, aprende nuevos movimientos y poco más.

Un practicante más avanzado, debería practicar para mejorar sus forma física. Y esto implica sudar… Implica que uno baja sus posturas para fortalecer sus piernas, implica que ha de mejorar su elasticidad para poder moverse con cierta facilidad. Significa que practica a velocidades muy lentas, pero sin llegar nunca pararse ni perder la concentración. Significa que practicas a velocidades muy altas, pero sin abandonar los logros y habilidades de propiocepción  y control que se desarrollan a velocidades menores. Hay que mejorar en los atributos de fuerza, resistencia, equilibrio, elasticidad, velocidad, movilidad articular. Haces gimnasia específica y le dedicas un tiempo considerable.

Se habla del entrenamiento de maestros famosos con términos como «al terminar su práctica, tenía los zapatos empapados de sudor», «a su alrededor se había formado un charco de sudor»… No son exageraciones, es lo que ha de suceder. Uno ha de potenciar sus atributos físicos «ordinarios» a un alto nivel.

A nivel técnico, entrenas forma, pero eso no implica «hacer la forma». Por el contrario, de un modo similar al de los futbolistas que entrenan «jugadas», se deben tomar movimientos aislados y practicarlos bajo parámetros técnicos y de estrategia diferentes y hacerlo de tantas maneras como seamos capaces; en solitario, a pie fijo y móvil, enfatizando el arraigo  y enfatizando la movilidad, desde criterios de fortaleza o de movilidad, con y sin compañeros…

Significa que entrenas esos movimientos con compañeros ante circunstancias variadas, analizando posibilidades: uso en y contra golpeo, agarres, proyecciones, luxaciones. Partiendo de posicionamiento frente a un rival situado enfrente, o que por el contrario llega desde un lateral o nuestra espalda.

Cuando realizas una forma completa, no lo haces de forma «mecánica», sino que fijas un «tema del día» (o sin exagerar, un «tema del año»), como puede ser «movimiento continuo», «diferenciar lleno y vacío», «coordinar la parte alta y baja del cuerpo», etc y utilizas la forma para probar tu habilidad en el control del aspecto elegido y como banco de pruebas donde descubrir errores e introducir y asimilar mejoras.

Después, analizados los puntos conflictivos, los aíslas y los trabajas por separado, hasta que quedan al mismo nivel de ejecución que el resto de la secuencia.

Cuando entrenas forma, ya sea por pequeñas secciones, ya la secuencia completa, mantienes un estado de alerta permanente. Aunque TCC es un sistema muy «táctil», la vista también tiene protagonismo. Durante la forma visualizas rivales o focos donde aplicarías tus técnicas. No las haces «a lo loco», sino que «apuntas» y eres consciente de la forma del ataque que recibirías para la respuesta que ejecutas en la forma. Por ejemplo, trabajando con armas, un tajo de espada, en la forma se realiza a una determinada altura y ángulo. Pero no basta con eso, hemos de apuntar, tomando un punto de referencia del entorno. Yo solía usar árboles alejados al respecto. Un tajo horizontal, no puede darse alocadamente, elijes un punto de referencia y tu tajo, lo alcanza sin sobrepasarlo. de este modo, la mirada se vuelve «viva» durante la práctica y se coordina con el movimiento.

Tu entrenamiento de qigong, tiene objetivos precisos. Ya no entrenas «para mantener la salud» (eso es algo que se da por supuesto), sino que buscas mejorar en aspectos particulares. Integras la potencia y presión de aire en tu trabajo y usas el qigong como método especializado para potenciarlo. Acentúas tu propiocepción en el qigong, para incorporarla a resto de trabajos. Fortaleces tu cuerpo o armas naturales, para potenciar su efectividad en el uso de las técnicas.

Practicas mucho, mucho, mucho tuishou (empuje de manos). Ya sabes usar las técnicas, pero has de pulir tu habilidad «fina» para efectuarlas de un modo mucho más «coordinado, suave e indetectable». El tuishou es por lo general una asignatura pendiente para muchos practicantes que lo hacen de pascuas a ramos y además, o se dedican a realizar patrones muertos sin implicación alguna, o convierten lo que debería ser una práctica de sensibilidad y percepción en una lucha de mostrencos. Con la gimnasia acondicionas los atributos físicos «evidentes», con el tuishou mejoras en habilidades menos evidentes pero imprescindibles para dominar el sistema.

Estudias la teoría y la relacionas con todo lo que sabes, la pones en práctica y la aplicas en cada caso particular, vas de lo general de la teoría a lo particular de cada movimiento y tus descubrimientos particulares, los relacionas y «acoplas» en el capítulo teórico que le corresponde, en un camino inverso que lleva «de lo particular a lo general».

Y esto es el trabajo básico, aun te falta la especialización. Cada uno tiene sus puntos fuerte y débiles. Has de minimizar los segundos y potenciar a niveles extraordinarios los primeros, entrando en el término «Gongfu» (Kungfu), o lo que es lo mismo, habilidades o poder fuera de lo común y alcanzados mediante el entrenamiento prolongado.

Unos practicantes tienen un poder explosivo sobresaliente y su «Fajin» constituye su «arma secreta». Otros tienen unos desplazamientos especialmente hábiles, otros…, cada uno sabrá que se le da bien. Y en función de ello, modulas tu técnica. Es absurdo poseer una gran facilidad de desplazamientos y hacer de las técnicas de agarre tu primera baza. O ser especialmente fuerte y «recio», con unas manos acondicionadas para agarrar y dedicarse a patear…

El desarrollo de tu «gongfu personal» es algo que has de practicar a diario y que deber tener dedicado un tiempo «adecuado» en tu periodo de entrenamiento.

Por último, has de tener una mirada abierta. Aunque tienes un estilo y «no necesitas más», debes mirar que hacen otros, como lo hacen y analizar si tú tienes algo equivalente, si estás ante una carencia, si otros enfocan algo que tú tienes de un modo más eficiente o desde un punto de vista que habías pasado por alto… No se trata de aprender otros estilos, que puede ser una opción válida pero no necesaria, sino de no vivir encerrado en un mundo hermético a otras realidades.

Todo ésto y mucho más que a buen seguro se queda en el tintero, por despiste o desconocimiento, es lo que debería cubrir tu entrenamiento «avanzado».