Los orígenes del Tai Chi Chuan

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Cuando y donde surge el TCC, es una pregunta sin respuesta.

Una de las teorías, es que se trata de un arte marcial creado en el seno de la familia Chen, a partir del patriarca de la novena generación de la familia, que habría combinado sus conocimientos de artes marciales, medicina, estrategia militar, etc para desarrollar un nuevo sistema. Y muy posiblemente, hay mucho de verdad en todo ello, aunque la historia presente lagunas.

La otra teoría más conocida nos remonta a Chang San Feng, un inmortal taoísta que habría creado el TCC tras observar el combate entre una pájaro y una serpiente o según otras versiones, tras haberle sido revelados los secretos del estilo en un sueño con Guan Yu (Dios de la guerra) y como al día siguiente, Chang habría matado el solo a cien bandidos…

El TCC, pasó al conocimiento «público» cuando Yang Luchan empezó a enseñarlo en la corte imperial de China, allá por la segunda mitad del siglo XIX (o sea, hace relativamente poco tiempo). Su estilo no tenía un nombre determinado, hablándose por igual del «Boxeo de la neutralización» (Hua Chuan) como del «Boxeo del Algodón» (Mien Chuan). El nombre definitivo de Tai Chi Chuan, se habría adoptado tras el comentario de un erudito de la corte que al ver la técnica el maestro Yang, declaró que su estilo representaba el ideal de los polos complementarios (Tai Chi, un concepto cosmológico de la cultura china).

Lo cierto es que Yang Luchan aprendió de Chen Chang Xing, maestro de artes marciales de a familia Chen, aunque a tenor de lo dicho, su estilo aun no tenía este nombre y habría sido adoptado posteriormente en función de la fama de Yang Luchan.

Además, al comparar la técnica del estilo Yang con la del estilo Chen (al menos con el Chen que conocemos hoy en día), las diferencias son sustanciales. ¿Aprendió Yang Luchan un estilo Chen similar al actual?. ¿Aprendió otra cosa?. ¿Fue él quien introdujo todos esos drásticos cambios?. Estos cambios serían en vida de Yang Luchan, o no verían reflejados en el estilo de Wu Yu Xiang, alumno de Yang Luchan y sin relación con la tercera generación del estilo Yang (Yang Chen Fu), a la que se le achaca la autoría de dichos cambios respecto al estilo Chen.

Uno de los alumnos de Yang Luchan, Wu Yu Xiang, quiso aprender con el maestro de Yang, Chen Chang Xing, pero finalmente recabó en una aldea cercana (Chaobao) donde aprendió con el maestro Chen Ching Ping, quien enseñaba una versión modificada del estilo que se haría popular en esa aldea, según la historia contada por la familia Chen y que por el contrario, sería descendiente de las enseñanzas del Chan San Feng, inmortal de las montañas de Wudan según las gentes de Chaobao… Lo cierto es que su estilo es más similar al estilo Yang que al estilo Chen, al que no se parece salvo en algunos detalles menores.

Hay razones para creer ambas historias y también para rechazarlas. Llenas todas las versiones de vaguedades, imprecisiones y en muchas ocasiones, falsedades manifiestas, pero también presentando datos que les otorgan verosimilitud.

Para un occidental, ésto es chocante, pero en la mentalidad china, no resulta extraño. Para ellos, lo que no tiene un origen ancestral y ligado a un personaje y/o corriente filosófica o religiosa de gran prestigio, no tienen valor y no merece consideración. Así pues, TODOS los estilos «tradicionales» (salvo contadas excepciones) poseen una historia pasada, que se pierde en los tiempos y que surge con un personaje más o menos mitológico, con una relevante figura de la historia, etc.

Algo así como que una determinada escuela de esgrima se dijera descendiente de D’Artagnan, o que los Boys Scaut se presentasen como descendientes directos de Colón o Magallanes… Esto que para nosotros es grotesco e incluso ridículo, estaba más que bien visto para la mentalidad china y se hacían encajes de bolillos para conseguir acoplar la historia de un estilo con determinados orígenes «no tan históricos».

Dicho esto, conviene ser cauto y razonablemente escépticos sobre el origen en Shaolín, Wudang, etc de muchos estilos y centrarnos en lo único que importa, que es su calidad. Dicho de otro modo, si funciona, como si lo inventó el abuelo del vecino de la esquina.

Otra tónica generalizada, es que el origen de un estilo, viene dado por la contemplación por parte del más o menos real fundador, del combate entre dos animales. En el caso del TCC, se dice (entre otras historias), que Chang San Feng observó la pelea entre una serpiente y un pájaro (grulla según unas versiones, una urraca según otras) y de la evolución de la misma  obtuvo las ideas generales par crear su estilo.

Personalmente creo que este tipo de historias guardan una cierta veracidad. Mi maestro contó en su día una historia (que conociéndole, no dudo que pueda ser cierta, pero que tampoco importa mucho si no lo era), sobre una reunión en Taiwan de maestros de distintos estilos (en general, todos los asistentes ya de cierta edad), que quedaron para verse, comer y hacer demostraciones entre ellos, en un ambiente un tanto informal. El maestro Liu, estaba sentado muy cerca de quien presidía esa reunión y en cierto momento un practicante del estilo del Mono (Hou Chuan) salió a efectuar su demostración. El «presidente» le preguntó a Liu que qué le parecía lo que veía, a lo que Liu contestó que era muy bueno. El «presidente» se le queda mirando y le pregunta «¿Tu no sabrás estilo del mono?»…

Liu se apresuró a negarlo, pero su interlocutor le miró fijamente y asintió «Tú si que sabes!, ¡Venga, a hacer una demostración!».

Liu, en efecto realizó una forma de este estilo, y el «presidente», extrañado por lo que veía, le pregunto al maestro del estilo del mono, que qué le parecía. Éste contestó que sin la menor duda, era «Boxeo del mono», pero una variedad que jamás había visto.

Más tarde, durante la comida, el maestro del estilo del mono, se acercó a Liu y le preguntó que donde había aprendido esa forma. Liu le contestó que en realidad, aun la estaba aprendiendo y que si le gustaría conocer a su maestro. El otro hombre asintió agradecido, afirmando tener gran interés. Así las cosas, Liu le citó en su casa unos días más tarde.

Al llegar, le dijo que su «maestro» estaba a punto de llegar y que le esperasen sentados en el patio. Al rato, un mono, al que Liu había a costumbrado a ir a comer fruta a su casa, se presentó se puso a comer de su mano.

«Lleva un par de años viniendo por aquí, está muy acostumbrado a mi». Entonces le puso un collar con una cadena, lo ató a un árbol y con una vara, empezó a «incordiarle». Liu estudiaba como se defendía el mono y en base a eso, había creado la forma…

Desde luego, si la historia era cierta, mejor «estilo del mono» no podía haber. Cuando le preguntamos que si aun practicaba, nos dijo que lo dejó pronto. Un día el mono se enfadó al ponerle o quitarle el collar y le agarró de la cara (los monos tienen una fuerza terrible en las manos). Desde entonces había dejado su estudio del estilo y rompió relaciones con el «maestro».

Por mi parte, también tengo una historia «de bichos» y como influyeron en mi aprendizaje.

En cierta temporada, hubo una plaga de cucarachas en casa de mis padres y pese al insecticida, por las noches era normal encontrarse hasta cuatro o cinco cucarachas pequeñitas por el pasillo, la cocina, el baño. Una noche, con cansancio, desgana y hastío, pisé una de ellas, harto de encontrarlas. Lo hice dejándome caer, de un modo similar al que tenemos cuando nos sentamos «agotados» en un sillón. Al hacerlo me di cuenta de que la fuerza de caída en bloque de todo el cuerpo, sin perder la verticalidad, había generado una gran fuerza «relajada» y pensé que podía haber dado con el modo de generar la «fuerza» que se utiliza para la técnica «Kao» (Golpe con el Hombro, una de las ocho modalidades fundamentales de manifestar la fuera en el TCC).

Al día siguiente, nada más levantarme, pedí a mi hermano (también practicante), que me sirviera de «saco» para probar mi descubrimiento. Y en efecto, había descubierto, gracias a las cucarachas, el modo de manifestar la fuerza de «Kao». A partir de esto, fui capaz de desentrañar las claves fundamentales de esa técnica y realizarla con notable pericia.

Así que sí, la experiencia con animales, con elementos de la naturaleza, pueden inspirarte para «descubrir» algo y luego en base a ello, desarrollar técnicas. Algo que ciertamente difiere mucho de imitar  milimétricamente los gestos de un determinado animal, que a menos que algo me haga reconsiderarlo, me parece una soberana tontería.

Volvamos a los orígenes del TCC. Puesto que el origen «real», no se conoce y muy posiblemente sea una mezcla de conocimientos trasmitidos en una determinada línea y modificaciones de los practicantes ya sea para adaptarse a las nuevas circunstancias o por «feliz inspiración», lo que nos interesa es centrarnos en aquellos personajes de los que hay referencias fiables.

De Yang Luchan se dice que era invencible (de hecho, así le apodaban, Yang el invencible), pero hay muy pocas referencias sobre su técnica.

Lo que si sabemos es que entrenaba como un poseso, que era capaz de recoger una moneda del suelo con la boca al realizar la postura «la serpiente se arrastra», o que era capaz de golpear con el hombro la rodilla de su ponente  y que sus hijos hicieron lo propio. Tanto es así que Yang Luchan, que tuvo tres hijos, les pasó el estilo.

El mayor, Yang Feng Hou, es un personaje muy poco conocido. Según me contaba mi maestro, era el mejor de los tres y el más hábil, pero a la muerte de su padre y relevado del respeto y la obediencia a los padres, dejó la práctica y dedicó su vida a ser un simple agricultor en su pueblo de Yung Nien. Parece que nunca disfrutó mucho con la practica… Otras versiones dicen que murió joven.

De los otros dos hijos, sabemos que ambos fueron practicantes de gran nivel y que transmitieron el sistema a las siguientes generaciones. Y también, que su padre les sometía a entrenamientos extremadamente duros. Tanto que uno de ellos escapó de casa para hacerse monje y así librarse del yugo paternal y el otro intentó suicidarse…

Otro maestro, ya del siglo XX, Wu Tunan, fue alumno entre otros de Yang Shao Hou, nieto de Yang Luchan y famoso por su severidad. A Wu Tunan, su maestro le obligaba a mantener posturas bajísimas para fortalecer sus piernas y a realizar la forma bajo una mesa. Y también comentaba los tremendos golpes que recibía de su maestro cuando entrenaban por parejas.

Estos son los orígenes reales del TCC, gente que entrenaba de sol a sol, con extrema dureza y severidad. Gente, como Chen Fake (estilo Chen, 1887-1957), que en su juventud  y armado con un palo largo, se enfrentó al jefe de un grupo de saqueadores, famoso por su «campana de oro» (método de fortalecimiento que se supone otorga invulnerabilidad a golpes e incluso ataque con armas), matándolo de un golpe con la punta de su vara… Como Wu Chuan Yu, famoso por su destreza, que incluía el disparar flechas montando a caballo, incluso por debajo de la tripa del animal.

Estos son lo orígenes reales del TCC y éstos los referentes. Lo que no se entiende es que tiene esto que ver con la imagen de ancianos (tanto de edad como espíritu, a pesar de que su edad cronológica en muchas ocasiones lo desmienta), que entrenan actualmente «Tai Chi» y cuya actividad y entrenamiento no guarda ni lejano parecido con lo contado.

Es cierto que muchas cosas carecen de sentido hoy en día y que ciertas formas de entrenar sólo se justifican por condiciones de vida hoy superadas. Pero sin llegar a ciertos extremos, sería bueno ver una cierta continuidad, aunque sea mucho más «asequible», entre el espíritu de práctica de los actuales aficionados y los representantes del pasado. Por suerte, me consta que aun queda gente así, pero también es tristemente cierto que van siendo eclipsados por la más que mediocridad, extrema degeneración de lo que hoy de forma mayoritaria de entiende por «Tai Chi».

4 Respuestas

  1. Nuria Grulla

    En clase de filosofía nos comentaron que cada uno de los animales representa una cualidad, inteligencia, equilibrio….. Y que las formas trabajaban de forma especial esa cualidad, mas que el hecho de imitar al animal….. Excelente artículo Gracias

  2. Jordi Vilà

    Buenas anécdotas Antonio.
    Yo voy un paso más allá y creo firmemente que existen dos taijis diferentes (Bueno, tan diferentes como la Coca-cola y la Pepsi).
    Un sólo detalle: Zhang Sanfeng soñó con Xuan Wu, la divinidad del Norte, y no con Guan Yu, «dios» de la guerra.
    Un saludo

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