El tuishou en sus vertientes deportiva y tradicional

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Recientemente he participado en un debate en las redes sobre el tuishou deportivo vs tuishou tradicional. Fruto de ese debate, surge este artículo intentando explicar que entiendo por tuishou tradicional, que por deportivo, sus puntos en común, sus cualidades antagónicas, las ventajas y desventajas de la práctica de cada modalidad.

Antes que nada, he de advertir que a mi el tuishou competitivo no me atrae en absoluto. Pero es una herramienta, que bien utilizada, puede ser realmente útil.

Arte marcial tradicional

En primer lugar me gustaría definir que entiendo por un arte marcial tradicional.

No tiene relación en principio con la antigüedad del sistema, sino con sus características. Para mi, un arte marcial tradicional, está enfocado en su aspecto más práctico, a la mera supervivencia. Por supuesto que un estilo tradicional, que ha perdurado en el tiempo, es en si mismo un tesoro cultural de incalculable valor, que ha de ser protegido y preservado. Por supuesto que suele venir acompañado de una serie de valores éticos, que han de ser respetados y preservados. Por supuesto que en su bagaje técnico, se incluyen muchos conocimientos que exceden de lo estrictamente marcial, constituyéndose en si mismos como excelentes sistemas de preservación y mejora de la salud, de progreso personal y por último, un camino de longevidad, que además hace que dicha longevidad, merezca la pena. Todo eso, es estrictamente cierto.

Pero el TCC, es un arte marcial, creado por y para guerreros, que con dicho sistema intentan dar respuesta a sus necesidades más pragmáticas, donde destaca con especial intensidad la de volver vivo a casa cada noche.

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Si un arte marcial, cualquiera, pierde de vista este objetivo, a mi humilde entender, ya no es un arte marcial y por lo tanto, deja de ser un arte marcial tradicional.

Tuishou deportivo

El tuishou deportivo, es un deporte de combate, que consiste según la modalidad, en hacer que el rival mueva los pies sin que se muevan los nuestros, o en sacar al oponente de un círculo o hacerle caer, mediante empujes, tirones y maniobras similares. Puede ser algo extremadamente sutil o una simple lucha de toros, a ver quien forcejea más. Aunque se supone que esto no debe suceder, lo cierto es que termina siendo algo muy frecuente y aquí características como la fuerza propia, la velocidad, en fin la condición física más primaria toman gran valor, como en la mayoría de los deportes de competición.

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Sus fines, sus métodos y sus principios, pueden o no coincidir con los del TCC tradicional según quien sea el practicante, pero por lo general, podemos afirmar que son distintos y no sería descabellado entablar una distinción entre “tuishou deportivo”, y el TCC tradicional/original.

Tuishou en el ámbito de un arte marcial tradicional

TCC ha un arte marcial desde su origen y durante su periodo inicial de difusión, hasta bien entrado el siglo XX. Es sólo ya bien iniciado el siglo XX y sobre todo a partir de sus últimos 30-35 años cuando su imagen cambia (personalmente, creo que la expresión  “se deteriora” es más acertada), para pasar a verse como un método de salud, “crecimiento espiritual” o cualquier otra forma en la que actualmente se le defina.

En definitiva, hablamos de un arte marcial en su origen, como puedan ser Xinyi Quan, Bagua zhang, Hung gar kuen… y que como tal, carece de aspecto deportivo definido.

 

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Shuaijiao

El único arte marcial chino al que se le contempla un importante sesgo deportivo desde sus orígenes, es el Shuai jiao (literalmente “camino de proyectar/proyección”), que de siempre, ha tenido competiciones.

El resto de estilos, lo que tenían, eran duelos y desafíos, que se podían pactar de un modo más o menos amistoso.
O competiciones abiertas leitai, cuyas normas eran más bien laxas, como la definición de tiempos de asaltos, prohibición de uso de armas, o su regulación, convenios sobre la no judicialización de secuelas médicas y/o muertes y poco mas…leitai2

El último leitai tradicional (competición a contacto pleno y con normas muy poco restrictivas, donde los combates se celebraban sobre una plataforma elevada) del que yo tengo conocimiento, fue organizado por la Escuela Central de Kuoshu de Nanking allá por los años 30 del siglo XX y termino con bastantes heridos graves y varias muertes. De hecho, fue suspendido al segundo día por este motivo.

O sea, «deporte», tal vez no sea la palabra que mejor define esa clase de competiciones,

El TCC, como arte marcial que es. tiene múltiples herramientas para lograr enseñar sus habilidades y conocimientos al alumno:

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Forma

Forma, ejercicios específicos y de acondicionamiento (jibengong), Tuishou (patrones y trabajo libre), Sanshou (incluyendo trabajos pautados y libres hasta llegar al combate sin restricciones y de modo extremo, al leitai frente a cualquier luchador 

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Jibengon

cualquier estilo). Y todo ello, como preparación para lo que no admite preparación alguna, un enfrentamiento real, en un asalto, una batalla, o la participación en un desafío sin reglas, donde el principal premio es seguir vivo.

 Bien, ahora veamos cual es la función del tuishou en un arte marcial enfocado la supervivencia.

Todo sistema de combate realista, busca lo primero, evitar que nos hagan daño y hacérselo al enemigo, lo segundo, pero eso si, sin olvidar en ningún momento permanecer “muy apegado al primer punto”. Vencer es importante, pero más lo es no hacerlo a un precio inasumible, como es vencer y quedar con secuelas de por vida. 

Imaginemos que nuestro sistema es muy simple y sólo tiene una técnica de ataque, que es una patada a la entrepierna. Para poder aplicarla con muy altas garantías de éxito, hay que conseguir que el enemigo se encuentre en una posición vulnerable, que nosotros estemos a la vez en un posición de ventaja y entonces y solo entonces, lanzar nuestra patada.ventaja

En este contexto, es donde aparece el tuishou en el seno de un arte marcial tradicional.

El tuishou nos enseña a ganar esa ventaja, mantenerla y evitar que el rival se recupere y que pueda a su vez tomar ventaja. En el ámbito del TCC, además, deseamos reservar toda nuestra capacidad ofensiva y descargarla sólo cuando la indefensión del enemigo es máxima. Esto implica que no gastamos nuestra fuerza, postura, equilibrio, etc, en lograr que el rival llegue a ese punto de indefensión, sino que utilizamospatada las habilidades de adherirnos, escuchar, interpretar y neutralizar/transformar, para aceptar el movimiento del rival, sin oposición directa y “gestionarlo”, de modo que su mismo movimiento sea el que le lleva a él a una posición y estado de desventaja y que simultáneamente mi me lleve a una de ventaja. Y todo ello, reservando al máximo todos mis recursos para poder aplicarlos en un movimiento final definitivo y devastador. En el caso del sistema que he presentado, en cuanto consigues colocar a tu rival en posición vulnerable, las habilidades adquiridas a través del entrenamiento del tuishou ya han cumplido su función y lanzas tu patada. Y si el rival, de entrada, se coloca en una posición vulnerable, no necesitas usar tus habilidades de tuishou, no usas el tuishou, ¡le pateas sin más!, agradeciéndole, eso si, que todo el trabajo lo haga él amablemente por ti…

El tuishou, en un estilo tradicional, es una herramienta, un juego, que nos enseña a adquirir la habilidad necesaria para ver y aprovechar la ventaja en el preciso instante en que interceptamos el movimiento del rival, sin chocar ni hacer uso de la fuerza bruta ni la oposición, permitiendo que su movimiento se ejecute, pero sin que logre su objetivo, que es perjudicarnos.

Esto, lleva una ínfima fracción de segundo que suceda para bien o para mal. El rival lanza un golpe y yo defiendo. En el preciso instante del contacto, yo debería adherirme a su movimiento, evadir mi cuerpo de su “punto de mira” y permitir que su propia inercia le lleve a un punto de desventaja, neutralizando su ataque y trasformándolo en algo que a mi me sea útil y ventajoso.

Puesto que esto que contamos, sucede en un instante y como tal tiene un carácter binario, lo has hecho bien/lo has hecho mal, su entrenamiento resulta complejo. En la práctica, suele ser cuestión de suerte “acertar”, aunque hay factores que permiten suponer con ciertas garantías que es lo que va a hacer el rival y por lo tanto, abordarlo con éxito. Pero la certeza exacta de que es lo que está pasando en cada preciso instante, es algo que se consigue sólo a través del tacto, y ahí, el tuishou es la herramienta que nos permite desarrollar y afinar sus capacidades.

El tuishou sería entonces un método de entrenamiento que de un modo» artificial» busca prolongar en el tiempo de forma indefinida esa fase de decisión “izquierda/derecha”, “arriba/abajo”, “dentro/fuera”…., de tal modo, que nos de tiempo a ser conscientes de sus diversas componentes y a gestionarlas adecuadamente de un modo consciente.tuishou

Quede claro entonces, tuishou es un método de entrenamiento, arbitrario y artificial, cuyo objetivo es desarrollar una serie de cualidades, donde uso función es adquirir la habilidad de interceptar y transformar el peligroso ataque de un rival, en una situación de ventaja. Todo eso, pero sólo eso.

El tuishou, como tal, no te enseña a atacar de un modo contundente al compañero (nótese que en el ámbito del tuishou, se habla de compañero y solo en el del enfrentamiento real, de adversario rival o enemigo), sino exclusivamente a generar las circunstancias en que tal ataque contaría con más probabilidades de éxito. En la práctica, se limita a mostrar tal ventaja con un leve toque que debe hacer perder el equilibrio al compañero y así indicarle “como están las cosas”. Otra característica es que su función es esencialmente “educativa” y por lo tanto, la actitud entre los dos practicantes es bastante colaborativa. La función primordial de este tipo de entrenamientos no es la de ganar o perder durante los mismos, sino la de adquirir habilidad y por lo tanto, sus técnicas y estrategias no son de transferencia directa directo e inmediata a una situación de combate real, sino que se centra en l adquisición de habilidades genéricas, que si son relevantes en un enfrentamiento.

 El objetivo de nuestra práctica es bajo estas premisas, ayudar a progresar al compañero y de rebote, nosotros mismos, pero la idea de “ganar o perder”, queda bastante fuera de lugar y carece de sentido en el marco del entrenamiento tradicional del Tuishou.


En el ámbito de una práctica tradicional, el moderno trabajo de competición de tuishou, no es más que un método muy restrictivo de sparring, interesante para trabajar de forma libre como un método para comprobar el propio nivel.

Es un tipo de combate de HABILIDAD, donde de modo arbitrario se eliminan ciertas técnicas y recursos, para potenciar otros, pero sin por ello pensar que el resto no tenga importancia, simplemente se acota el temario de estudio en ese momento. Y donde se minimiza el riesgo de sufrir lesiones y otros percances, lo que lo convierte en un excelente modo de trabajo seguro de bajo nivel de riesgo.


tuishoujuegoVisto de este modo, este trabajo de sparring “libre”, pero con una definida normativa que lo centre en la obtención de determinados logros, es algo «obligatorio» en nuestro entrenamiento y en nuestro proceso de aprendizaje, aunque no es imprescindible que se desarrolle en el seno de una competición deportiva. Simplemente es un modo de trabajar “combate”, pero centrando el mismo en ciertas habilidades y dejando otras de lado de un modo arbitrario. Y donde el factor de «contacto» y “riesgo físico” prácticamente desaparece.

codazoEn una situación “real”, cuando mi enemigo se mueve, me adhiero a él, recibo su fuerza, la neutralizo, consigo la ventaja (haciendo hasta aquí uso sobre todo de la fuerza de su movimiento, mientras reservo la mía), haciendo uso hasta aquí de las habilidades propias de la práctica del tuishou y sólo una vez llegados a este punto terminar con el rival de un modo expeditivo, ahora si, pudiendo hacer uso de toda la fuerza que he reservado y sin más restricción que las que impongan nuestra capacidad por un lado y nuestra moral por el otro.

Evidentemente, se trata de algo muy diferente y alejado de los objetivos del tuishou deportivo.

Insisto, no es imprescindible pasar por competiciones públicas, pero si entrenar de forma libre con compañeros muy variados y con pocas restricciones, y una competición deportiva puede ser un buen lugar para hacerlo. Y se percibe como un elemento más de los disponibles, para mejorar la habilidad general del practicante en vistas a un posible enfrentamiento real, donde lo que te juegas es la vida. Renunciar a cualquier cosa que te prepare, por mínimo que sea su peso en el total, para salir indemne de una situación así, es simplemente una actitud absurda y poco inteligente.


Aspectos negativos de la competición

Cuando ganar en un determinado juego, deja de ser un método para adquirir habilidad marcial en general y pasa a ser un fin en sí mismo, la técnica del tuishou cambia, apareciendo nuevas estrategias, perfectas para ganar en esa competición, pero suicidas y/o incompatibles, con la estrategia y técnica usuales/propias/características del TCC para un enfrentamiento “real”.

Un buen practicante de TCC, debería poder competir con razonable solvencia en estos eventos, pero no debería caer en ciertos «vicios», que permiten ganar gracias a las reglas, aunque destruyen su trabajo general en TCC, QUE DEBERÍA IR POR LA VÍA DE CUMPLIR CON CIERTOS PRINCIPIOS Y ESTRATEGIAS, que son los que te dan más recursos y aumentan tus posibilidades de salir indemne y sobre todo vivo, en una situación “real”.

Este enfoque tradicional y de “supervivencia”, es sin embargo una estupidez, si lo que queremos es vencer a nuestro ponente en una competición reglada.

No tiene sentido esforzarse por no dar la espalda o vigilar los movimientos de nadie en particular que no sea el rival con el que luchamos, pues nadie va a salir a ayudarle en nuestra contra.

No tienes que proteger tus genitales, ojos, garganta, dedos, rodillas…, etc del ataque de tu rival, porque sencillamente, en el contexto de esta competición, no puede atacar esos puntos. Eso te permite inclinarte, y forcejear contra él, para evitar que te haga mover los pies (regla más habitual, el que mueve un pie, pierde). No tienes que preocuparte porque el rival , viendo tu postura encorvada, inclinada y “espatarrada” te lance una patada a la entrepierna. Porque si se le ocurre, el juez lo sancionará y te dará a ti como ganador… Todo esto, que absolutamente cierto en un contexto deportivo, es sin embargo lo que debe preocuparnos y ser considerado en un enfrentamiento que no es deportivo.

Práctica actual del TCC y sus derivados


Respecto a la práctica habitual en la actualidad, donde los deportistas se especializan, existiendo pruebas y competiciones aisladas de tuishou/combate y formas por otro lado… Los exponentes “puros” del primer grupo, no hacen TCC, sólo luchan, puesto que carecen de acceso al conocimiento técnico del estilo, que se encuentra precisamente en las formas. También hay que decir que en el ámbito del TCC, son casos excepcionales, pues simplemente, apenas hay un puñado de practicantes así en el mundo del TCC.

Si el competidor de “tuishou deportivo” lo hace bien, y sigue las normas de la competición, no hay nada que objetar, salvo el uso del nombre «TCC», porque lo que se hace entonces es en realidad “tuishou de competición”, cuyas características, objetivos y ejecución, resultan muy diferentes de los que busca el TCC.

Y si un practicante de TCC tradicional, participa y consigue ceñirse a los principios de su estilo, independientemente del resultado final, habrá “vencido” en su objetivo. Y seguramente, perdido en la competición, que es lo que les pasa a todos los competidores salvo al ganador en cada ocasión en que se participa en un evento deportivo y lo habitual, uno es el ganador y el resto no.


Quien solo hace formas y determinados trabajos en solitario y no conoce ni entrena el resto del temario, ni es capaz de usar su estilo en una confrontación, no hace TCC, sino un entrenamiento especializado (y muy mermado), confeccionado a su medida. Si está confeccionado a la medida de sus necesidad o la de su incapacidad, es algo que habría que determinar en cada caso. Pero algo está muy claro, quien así obra, no sabe TCC, porque le faltan todos los elementos que le dan vida a sus formas Y NO DEBERÍA ENSEÑAR en ningún caso, vistas sus carencias.

Una cosa es que sepas repetir una rutina de memoria y otra que la entiendas y domines si no has trabajado el resto del temario.
No se puede saber Física sin saber Matemáticas, y por más que te sepas la fórmula del movimiento rectilíneo uniforme e incluso seas capaz de usarla correctamente, no tienes ni idea de Física y tu forma de entender el movimiento, desde el punto de vista de la Física, es un cúmulo de simplificaciones, si no de errores. Y esto es así, aunque no lo entiendas. Sólo si sabes Física (Matemáticas incluidas), podrás entender porqué esto es así. Solo si sabes TCC de modo razonablemente completo, podrás entender porqué esta forma parcial de aprender y entrenar, no es TCC. Y hasta entonces, deberías escuchar, no a mi, que en ello ando, sino a los que de verdad saben (y en esto, me dan la razón).

Y el último varapalo, el más gordo, para los practicantes «tradicionales», que no cruzan manos con nadie, en ninguna ocasión ni circunstancia. El estilo tradicional, está pensado para la lucha real, sin reglas. Enfrentarse con reglas no es «anti-tradicional», es arriesgado especialmente para la propia imagen, sobre todo si perdemos. Seguramente aquí podemos ver la razón de la renuencia, no tanto a no participar en eventos deportivos (muy respetable), sino a confrontar habilidades con otros practicantes. 

Es lógico pensar que un deportista entrenado exclusivamente con criterios «deportivos» tenga mejores resultados en el seno de una competición deportiva, que un practicante cuyo entrenamiento se dirige «a otra cosa». Pero hay que entender que esa «otra cosa» debería ser el ser capaz de luchar por tu vida.

Si tu método de entrenamiento no está dirigido en esa línea, NO HACES TRADICIONAL. Evidentemente, tampoco es que tengas que tener un número mínimo de «bajas confirmadas» para poder ser considerado un practicante de TCC tradicional, pero si tu método de entrenamiento no recoge los elementos necesarios para poder hacerlo, NO HACES TRADICIONAL.

La mayoría de practicantes de TCC «tradicional», con mentalidad tradicionalista, suelen estar mucho más alejados y perdidos de la vía tradicional «real» que los practicantes de «taichi/tuishou deportivo. Por mucho que estos últimos «apunten» a otro sitio, los tradicionalistas, ni siquiera “apuntan”. Y así nos va.

He de aclarar a mi, NO ME GUSTA el trabajo deportivo en su aspecto de competición, premios, títulos, etc y que en el ámbito de mi práctica y de mi concepción de la práctica de un arte marcial, es algo carente de sentido. Pero es que a mi hay muchas cosas que no me gustan y no significa que no sean buenas. No me gusta nada el Jazz, pero si el Rock. No significa que el Jazz no sea música y en ocasiones, incluso sublime. Ambas son música, pero no me gusta «toda» la música.

El TCC tradicional para mi es auténtico Rock, mientras que el tuishou deportivo, es Pop. No me gusta en general, pero hay canciones que me encantan.

El Taichi «tradicional(ista)» que en realidad es simple repetición muerta de formas, es algo que en mi alegoría comparo con el Tecno o el Reggetón (géneros que detesto). No son cosas comparables, y que se comparen o confundan es una ofensa, antes que nada, al buen gusto. Y ahora no hablo de música, sino de TCC y sus sucedáneos.

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