El enraizamiento

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Estamos ante una de la «piezas sagradas del TCC». No hay demostración que se precie de TCC en la que el maestro no muestre como es capaz de aguantar el empuje de varias personas sin inmutarse. Y ciertamente, se trata de algo impresionante.

Sin embargo, este tipo de demostraciones suelen confundir a los practicantes que confunden la demostración de una determinada habilidad con el modo real de aplicarlo.

El enraizamiento no es otra cosa que saber trasladar las fuerzas exteriores que se nos apliquen hacia el suelo. O dicho de otro modo, poseer una estructura, tanto física como de actitud, que permita que soportemos una carga sin «doblarnos».

Un ejercicio de descubrimiento muy sencillo para entender que es enraizar es pedir a un compañero que nos apriete los hombros hacia abajo, de modo similar a lo que supondría llevar una mochila puesta mientras nos mantenemos en pie con normalidad y prestar atención a la sensación que se genera en nuestros pie. Nada misterioso, simplemente un incremento de la presión en los mismos y la evidencia de que a través de nuestro cuerpo, trasladamos el esfuerzo desde los hombros a los pies.

Ésto es enraizar, NADA MÁS. Cuando el empuje no viene perpendicular al suelo, hay que adoptar una postura y una actitud que permita que el esfuerzo termine transmitiéndose verticalmente al suelo. O sea, lo que ya hace muchos siglos se denomina «estructura de arco» y que podemos ver en puentes romanos, catedrales y en general en cualquier estructura arquitectónica.

Aquí viene el primer error. Las estructuras tienen una determinada geometría que las hace útiles. En el cuerpo humano, adoptar posiciones muy bajas y alargadas es una forma de «copiar» lo que vemos en la arquitectura. Y desde luego es eficaz, pero no responde a las necesidades reales de la habilidad de enraizar en un arte marcial, que precisa ente otras cosas de movilidad así como de ser de uso inmediato sin necesidad de adoptar posiciones determinadas y altamente antinaturales.

Mucho más importante que la postura física que adoptemos, es tener una «actitud postural» adecuada, que permita que traslademos el esfuerzo al suelo.

En el primer ejemplo, para enraizar, no había que hacer «nada», simplemente permanecer en pie. La sensación era similar a ser una estaca que alguien quiere clavar en el suelo. No nos resistimos al empuje, no empujamos en dirección contraria a la «mochila», simplemente, la llevamos y nos quedamos quietos.

Es evidente que sin una cierta estructura física que respalde la actitud adecuada, va a ser muy difícil logar algo, pero la clave está en la actitud, muy por encima de la postura.

Veamos al típica demostración de enraizamiento:

Viendo ésto y al tratar de emularlo, la tendencia es empujar con fuerza a quienes nos empujan, adoptando para ello una postura baja y muy abierta. Sobre la postura, nada que objetar, postura baja y abierta, más fácil que cerrada y alta. Pero la actitud, es errónea de principio a fin. Uno no debe empujara  a quien le empuja, simplemente no es efectivo. En su lugar debe dejar que le «claven en el suelo». La fuerza, que por supuesto está presente, debe de tener dos manifestaciones. La primera es la de otorgar al cuerpo la suficiente rigidez como para evitar que nos «doblen» como un acordeón, o que nos quiebren (normalmente la espalda en la zona lumbar es la que colapsa antes).

La segunda manifestación de fuerza, es que debemos de empujar, pero no al rival, sino al suelo. Si me empujan, no empujo a mi rival, por el contrario suponiendo que el empuje se realice como en el minuto 0:40 del vídeo, intento «romper el suelo» con mi pie trasero. Y desde luego, no estoy solo, los que empujan me ayudan en mi empeño. No lucho contra ellos, me sumo a su empuje contra el suelo. Aquí suceden varias cosas. La primera, el suelo no cede, por lo general, no conseguimos «romper el suelo». Lo segundo es que aguantamos mucho más que si nos enfrentamos a quien empuja. Frente a la actitud «a mi éste no me mueve», que suele tener muy pobres resultados, la actitud «venga, vamos a empujar todos contra el suelo, gracias por ayudarme», proporciona resultados mucho más eficientes. Lo importante es comparar resultados adoptando una y otra actitud, primero la de «a mi no me mueven», con mucha fuerza, con resistencia e incluso cierta agresividad y la segunda, con una actitud de «vamos los dos contra el suelo», no enfrentando sino colaborando. Es evidente que ese «no enfrentamiento» se refiere a quien nos empuja. Por contra, al suelo si le empujamos con fuerza y desde luego, evitamos «arrugarnos». Fuerza si pero no «enfrentamiento».

Un detalle, es importante sobre todo para aprender esta habilidad, que el empuje que nos apliquen no sea brusco. Hay que empujar de un modo similar al que usaríamos para empujar un coche. Si no lo que estaríamos entrenando es la resistencia a impactos, que es otra historia, relacionada con lo mostrado, pero no «igual».

¿Podemos repetir la proeza realizada por Chen Xiaowang en el vídeo?. Lo dudo, él es un fuera de serie. Pero soportar el empuje de dos o tres personas, no debería ser algo muy complejo, especialmente si entrenamos nuestras posiciones (Zhang zhuang) con asiduidad. Y la comparación de resultados será notablemente a favor de la actitud «colaboradora».

Una vez que queda explicado «como» se enraíza, queda contar como se entrena. No se hace siendo sometido a empujones, sino con la práctica regular y constante de posturas fijas (Zhang Zhuang). No es ni de lejos tan divertido y gratificante como el entrenamiento de empujes, pero es el modo real de conseguir «kungfu» (poder).

Y por último, corregir el error que se genera al ver estas demostraciones. En TCC NO SE AGUANTA EL EMPUJE DEL RIVAL. No nos enfrentamos a la fuerza del oponente. Ésto es un error y contradice todos los principios de estrategia y fundamentos del sistema. No, esta habilidad tiene su aplicación real en la EMISIÓN de fuerza, es decir, la usamos para atacar y no para defender.

Ante un ataque, nos adherimos al mismo, lo neutralizados (y todo esto no precisa como tal de fuerza y menos aun de «oposición») y por último respondemos emitiendo, (Fa jing).

Lo que se muestra en esas demostraciones es el poder (kungfu) de quien las efectúa, no el modo real de aplicar dicho poder. Si lo hicieran, ya sea empujando ya golpeando y visto el poder del maestro Chen en el vídeo ¿cuantas demostraciones se podrían realizar?. Si puede igualar e incluso superar la fuerza de más de diez personas, ¿no es de suponer que su potencia de empuje-pegada guarda una relación similar?. Por eso la prudencia desanima a comprobarlo y se utiliza como alternativa, a los solos efectos de mostrar el poder, el aguantar a varias personas que empujan.

Y ya en lo práctico, ¿para que vale aguantar el empuje de muchas personas?. No dudo que pueda ser algo decisivo ante una avalancha humana, pero desde el punto de vista de un arte marcial, sería una habilidad de escaso uso.

«Frenar al contrario» aguantando su empuje, es una invitación a ser golpeados. Si hubiera la menor posibilidad de presencia de armas blancas, ¿serviría de algo ese aguante frente a la punta de un cuchillo?. En su lugar, moverse y no ofrecer un blanco claro, es algo mucho más provechoso y de hecho, es la estrategia real del sistema.

Enraizar es por muchas razones, fundamental para la práctica del TCC y se trata de una habilidad que hay que desarrollar, pero debemos evitar que se convierta en un debilidad por un mal entendimiento de sus funciones originales.

Para saber cuales son, busquen y aprendan de un maestro o profesor cualificado, no es cosa de desvelar todas las claves en este blog…

8 Respuestas

  1. Caty V. Heller

    Hola Antonio!
    Te encontré de casualidad ya que buscaba acerca de descripciones de Qi Gong … y en un foro random con fecha de 2008 ví que le peleaste/discutiste de manera bastante convincente a una usuaria que decía que el TCC era algo suave en relación al Pilates o algo así y me causó bastante gracia que estalles de que está por lejos de ser «suave» y es agotador, intenso, cansador en tanto no séa un chanta/pillo el maestro que dé la disciplina. A lo cual opino …verdad! Ayer en la clase con mi maestro haciendo QiGong ántes de Tai Chi .. terminé sudando jajajja! por la repeticion intensidad y tratar de usar bien la conciencia.. Pero bueno, ví tu Blog y leí esto de Enraizar y la verdad me gustó mucho. Ya lo conocía de lejos a esto pero no tan a fondo. En fin 🙂
    Buenas vibras a tí y muy grato haberle leído. ^_^
    Caty

  2. antonioleyva

    En realidad, estar enraizado, SIEMPRE es algo deseable. Sin embargo el entendimiento de «enraizado» = «inamovible» = «inmóvil» si que es un error. Enraizar te permite «gestionar» la fuerza del rival y eso es algo que precisa de fuerza, pero no de una fuerza de oposición, sino más bien de una fuerza que conecta todo tu cuerpo dese el punto de contacto hasta el suelo. Eso es enraizar y pilar fundamental del Peng.

    Si por enraizar entendemos quedarnos firmes y enfrentarnos a la fuerza del otro, basta que en vez de luchar nos golpee para que los resultados sean poco satisfactorios.

  3. maria

    Gracias
    Se puede mantener peng y seguir enraizado dando un salto en el aire? o tal vez es incuestionable enraizado=contacto suelo?………La verdad es q esta posibilidad resulta la más evidente y quizás sea la única
    Gracias,este tema resulta apasionante

    • antonioleyva

      Yo creo que no se puede enraizar sin estar en contacto con el suelo. Pero si creo que se puede tener la «condición estructural» necesaria para estar enraizado en el mismo instante en que tocas el suelo. Lo que viene siendo tener actitud de Peng en todo momento. De todos modos, sin tocar, sin ver, solo de palabra, es muy difícil expresar ciertas cosas.

      • maria

        Entiendo lo que dices…En realidad sería enraizado=flexibilidad ante el empuje,no se trata de contrarrestar sino de sumar….Pero he de reconocer q a la «hora de la verdad» cuando recibo un empuje no siempre consigo ser un simple canal dentro de la actitud de peng……y mientras escribo me resuena en los oídos relajaciooón….
        GRACIAS

  4. albeto

    Nada que objetar sobre el texto, practicamente cada profesor tiene su idea de lo que es correcto o no. Lo malo es creer que se tiene una verdad incuestionable, porque perdemos nuestra capacidad para dudar y mejorar. Es alejarse de eso que decía Sócrates -solo se que no se nada-.
    Sobre la demostración de chen xiaowang. Quien ha visto empujar un coche en fila india? Si somos cuatro y empujamos, empujamos a la vez sobre el coche, y no sobre la espalda de los compañero. Eso en lugar d aunar anularia la fuerza! De lo de aguantar en una pierna el empuje de su alumno, bizarro es poco.
    El Tai Chi chuan parece estar cargado de estas cosas, me recuerda un poco al pressing catch, mucha colaboración, muy bonito todo, pero a la hora de la verdad…

    • antonioleyva

      Como se puede ver, inicio el artículo realizando una cierta crítica a esa clase de demostraciones y sobre todo a confundir lo que es una demostración de «poder» con una demostración de «uso real». Y si, sin quitar que hay un alto componente espectáculo en resistir el empuje de diez personas y que eso no implica tener más fuerza que esas diez personas juntas, lo cierto es que la demostración si que implica un considerable «poder» y hablar de «colaboración» no es ni muy acertado ni justo. La parte en la que aguanta en una pierna, también tiene «truco», en el uso del brazo derecho, pero lo mismo, a ver quien es capaz de repetirlo, con o sin «truco».

      Sobre Sócrates, la duda metódica (Descartes) es lo que creo que ha de guiar el aprendizaje de cualquiera. Lo que es indudable es que este blog se titula «TAI CHI CHUAN DESDE MI PUNTO DE VISTA» y por lo tanto, ese es el que muestro y defiendo, sin dejar por ello de apreciar y considerar que otras interpretaciones puedan ser no solo igualmente válidas sino superiores a las mías, pero que le vamos a hacer, yo entiendo las cosas como las entiendo.

      Sobre si el TCC es o no útil a la hora de la verdad, todo se reduce a ver lo que pasa a la hora de esa «verdad». Por la parte que me toca, sigo vivo y digamos que las habilidades del TCC tienen mucho que ver con ello.

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