Ya vale de concesiones..

publicado en: ARTÍCULOS | 19

Según me dirigía a una de mis clases, pensaba en como explicar a los alumnos lo necesario de estudiar y practicar aplicaciones para poder realizar un buen TCC y una forma correcta.

Y entonces me di cuenta de lo estúpido del comentario que iba a realizar…

Estudiar aplicaciones para hacer bien la forma. Sin darme cuenta he caído en una concesión absurda, la de pensar que el TCC correcto tiene relación con ejecutar bien una forma. Es evidente que conocer, practicar y ejecutar con la máxima corrección posible las formas, es algo imprescindible, pero hemos confundido las prioridades.

Si practicas un arte marcial, lo importante es que seas capaz de utilizarlo de un modo práctico y eficaz.

Las formas son herramientas para conseguirlo, son métodos y no el objetivo.

No hacemos aplicaciones para tener una forma correcta, hacemos formas para poder realizar aplicaciones correctas, para poder usar nuestro TCC cuando queramos.

Las formas nos ayudan a codificar movimientos y aplicaciones, nos adiestran en determinadas mecánicas de movimiento, nos «contagian» criterios de estrategia… Pero es en su función donde esta el objetivo, el logro, no en su apariencia, ni siquiera en su correcta ejecución. Pensar lo contrario es errar por completo el blanco.

Desde ese momento me he dado cuenta que de forma inconsciente, lenta y «sin conflicto» he ido asumiendo cosas con las que en realidad no estoy de acuerdo en absoluto.

Tai Chi Chuan es un arte marcial. Tal y como yo lo aprendí, practico y enseño, este arte marcial tiene tres funciones inseparables e irrenunciables. Salud, Longevidad funcional y Defensa personal.

Perdiendo una, pierdes las tres. El TCC nace en el seno de grupos guerreros, creado por y para guerreros y por lo tanto busca satisfacer las necesidades de los mismos.

Es evidente que un luchador también es una persona y que por lo tanto tendrá las mismas necesidades que el resto de las personas. Necesita salud, necesita (o al menos desea), alcanzar una edad avanzada sin perder su calidad de vida y de modo particular, esta vez si por su condición de guerrero, necesita tener habilidad marcial.

El TCC nace para cubrir de un plumazo esas tres necesidades. Sus métodos son «marciales», pues son creados por artistas marciales para cubrir sus necesidades al respecto. Son saludables, porque sin salud, un artista marcial no es eficiente, porque sobrevivir a una batalla pero vivir lleno de achaques es sólo algo mejor que no sobrevivir a esa batalla. Y porque pudiendo conjugar marcialidad y salud, es muy tonto hacerlo con marcialidad y lesiones-enfermedades degenerativas por entrenamientos incorrectos.

Es formidable gozar de salud de hierro y una «genética artificial» que te permita vivir con salud muchos años, para caer muerto a la primera batalla o asalto de bandidos, algo habitual en la China rural entre los siglos XVII-XX, momento en el que se desarrolla y expande el TCC. Longevidad no es solo que uno muere de viejo a edad muy avanzada, también lo es que no te matan a los 20 en una batalla o incursión de bandidos.

Es evidente que muchos pensarán (y con razón), que hoy no necesitamos tener el mismo nivel de habilidad marcial que hace doscientos años en China. Estoy de acuerdo y por eso no es preciso someterse a unos niveles de exigencia tan estrictos como entonces. Aunque que algo no sea necesario, no implica que ni se pueda ni se deba realizar de un modo intenso y comprometido. Simplemente ahora podemos permitirnos el lujo de ser menos exigentes porque la necesidad no nos obliga a serlo, pero tampoco se nos prohíbe hacerlo. Siendo estrictos, si el TCC no es necesario, ¡pues no lo practiques!. Pero desvirtuarlo para que se adapte a tus gustos, a costa de perder su funcionalidad, no es practicar TCC, sino degenerarlo y desvirtuarlo.

Pondré un símil que he usado muchas veces. Imaginemos un sólido taburete de tres patas, capaz de soportar más de 300kg de peso.

El TCC es ese taburete y sus tres patas la salud, longevidad funcional y habilidad marcial. Podemos tener un taburete más ligero y en ciertos aspectos incluso más funcional, que en lugar de tener tres postes de telégrafos como patas (TCC a la antigua usanza), tenga tres sencillas patas de madera y cuya resistencia no sea ya de varias toneladas sino de 100kg, más que suficiente para la mayoría de las personas.

Hacer el taburete menos resistente, no hace que deje de ser un taburete y mientras cumpla unos mínimos de resistencia, será útil y práctico.

Ahora pensemos en otra forma de aligerar peso y materiales, le quitamos una pata al taburete…

Lo que tenemos es una tabla con dos palos inútiles adosados. Tal vez sirva para algo, como combustible en una chimenea…, pero como taburete, ya no. Un TCC al que se le extirpa una de sus bases fundamentales, ya no es TCC, por la sencilla razón de que no pierde un tercio de su utilidad, la pierde prácticamente toda, del mismo modo que la pierde un taburete con sólo dos patas.

En un jarrón podemos guardar líquidos. Pero si el jarrón está roto, o no tiene base porque se ha roto, servirá de adorno si no se ve el desperfecto, pero como jarrón dejará mucho que desear.

Hoy en día en el TCC prima lo visual y estético sobre la funcionalidad. El TCC bien ejecutado es visualmente agradable a la vista, pero sinceramente, si funciona, como si es feo hasta gritar basta.

Para mi está muy claro. El TCC no es un «regalo de la cultura tradicional china a la humanidad», no es «un refinado producto de la medicina china para cuidar la salud de las personas». No es nada de eso. Es un arte marcial, nacido en China, de la mano de grandes expertos luchadores, que además resulta ser un producto de la cultura marcial china y que añade el valor añadido de generar luchadores saludables y longevos, especialmente en el área de la funcionalidad y la independencia personal.

Y lo que se avance en la línea del deporte, del entretenimiento social, de la mera gimnasia, del New Wave, de la «auto-ayuda», de la espiritualidad abstracta y sin esfuerzo, especialmente si es en detrimento de los elementos y objetivos originales, es una desviación, que no pienso ver con buenos ojos, que no apoyaré, con la que no me siento identificado y a la que no reconozco como TCC, con la que no acepto que me relacionen ni a mi ni al arte que practico y que no voy a justificar sólo porque a muchos les guste. «Mal de muchos consuelo de tontos». Y opinión de muchos, fundamentada en que es más cómodo (y lucrativo) degenerar, hasta que todo parecido con el original sea meramente casual, que mantener la esencia de las cosas, no es sino otra versión de ese «consuelo de tontos».

19 Respuestas

  1. fernandoveira

    el otro día pensanba en una frase que le escuché a Sam Masich: ¿se hablan de «aplicaciones» en el karate, taekewondo, kung-fu?

    mi conclusión es que el hecho en de que las tratemos como «aplicaciones» ya es decir como que son un accesorio, algo que podría quitar o ponerse, algo «a mayores», no sé si consigo transmitir la idea…

    según veo, no debería siquiera aclararse la existencia de las aplicaciones…es como si fuese necesario justificarlas, autorizar su existencia…

    la aplicación no es más que la interpretación práctica de la teoría que nuestro cuerpo aprende en forma y trabajo base

    así como el objeto de hacer ejercicios y escalas con un instrumento musical es poder interpretar o componer música…de la misma manera la aplicación es el objetivo de la práctica de cualquier AAMM

    ningún músico de renombre daría un concierto de escalas o de ejercicios de digitación…sin embargo mucha gente alardea de un TCC que no sale de su fase «teórica» (aunque uno se mueva, los ejercicios individuales o en pareja no dejan de ser momentos de estudiar la teoría)

    a mi me han atacado las mismas reflexiones últimamente, no sé si será la primavera que el TCC altera o qué, jejeje, el caso es que no puedo estar más de acuerdo con el contenido de este artículo

    • antonioleyva

      Personalmente considero que forma y aplicaciones son «lo mismo» y que van juntas. En TCC tenemos trabajos específicos por parejas como Tuishou, Ta lü, Sanshou. Y se supone que tenemos trabajos de sparring que van de lo pautado a lo libre.
      Pero el estudio de aplicaciones, es inseparable del estudio de la forma. Si no estudias el sentido de las formas, si no trabajas y desarrollas las posibilidades técnicas presentes en la forma, ¿que diablos se supone que estas haciendo?.
      Porque efectuar una serie de movimientos sin sentido, poniendo cara de feliz sodomizado y «fluir con la energía» es un eufemismo de «no tengo ni idea, mi trabajo no vale un pimiento, pero hay tontos que lo compran, empezando por mi mismo».

      • fernandoveira

        claro Antonio, no puede separarse forma de alplicación y ciertamente sé que no queda más remedio que nombrarlas por separado muchas veces mientras persista el viejo sabor de que el TCC= gimnasia para viejos, meditación en movimiento, terapia transpersonal y blablablabla…

        de todas formas creo que estamos un pelín mejor que en aquella época que seguro recordarás, se diferenciaba el Tai Chi con o sin el Chuan (en plan gasolina con o sin plomo) 😛

        aunque ahora el tema pasa por regularizar la mediocridad en unos planes de «corta-pega» marcial, hacer un par de métodos sólo útiles para remover el chocolate entre dos y vender las aplicaciones «exclusivas» de cada movimiento (como si hubiese una sola)

        me ha costado mantener la compostura luego del párrafo sobre la felicidad sodómico-energética, pero al final lo he conseguido jajajaja

  2. sombrero

    Completamente de acuerdo con el artículo. Un test muy sencillo para evaluar a groso modo-> Si la práctica por parejas no ocupa un lugar preponderante de las clases … las clases son una engañifa. El trabajo de forma individual, es para principiantes o para cuando no se dispone de compañeros o bien para correcciones puntuales.

    • antonioleyva

      Mi criterio, que es discutible, pero que no creo que choque demasiado. 50% al menos de trabajo de base, en su mayoría en solitario. Esto consiste en gran medida en mejorar la forma física y habilidades. Poniendo un ejemplo y salvando las distancias, es la preparación física de un atleta.

      Trabajo técnico. Forma y aplicaciones, Otro 30%, donde dos tercios son trabajo en pareja y uno trabajo de forma en solitario.

      20% de Tuishou.

      Evidentemente, los porcentajes no son fIjos y un día puedes trabajar un aspecto en exclusiva u omitir alguno, pero en esencia, eso.

      • sombrero

        Buena parte del trabajo se realiza en solitario, pero en las clases, cuando se reúne un grupo de practicantes etc.-> Si sigue observándose de forma mayoritaria la práctica individual, aunque en manada. Es señal de que ese grupo no trabaja el curriculum al completo

  3. Aprendetaichi en Murcia

    Interesantes reflexiones. La tradición marcial es «la antorcha que ilumina» en las prácticas del Taiji Quan. Enhorabuena amigo Antonio por este artículo y por tu trabajo intenso por el Taiji.
    De acuerdo con tu opinión en todo, así como con la de Fernando. Yo haría hincapié en el sistema de práctica tradicional o método para los tres aspectos esenciales del ARTE MARCIAL.

    APRENDETAICHI en MURCIA.
    taichichuanmurciawushu@hotmail.com

    • antonioleyva

      A forma, lo que se tarda en realizar una, más la repetición una docena de veces de una combinación determinada (tres o cuatro movimientos). Luego trabajo de pareja con esa combinación, como una hora (o mas según lo que dure la clase). A «combate», depende de lo que se entienda, a trabajo de parejas con distintos niveles de colaboración y preparación, según niveles, como entre la mitad o una tercera parte del entrenamiento. A ejercicios de mejora de condición física y habilidades un tercio.
      A preparar un campeonato, ni medio minuto al año. No competimos, pero de hacerlo, sería como experiencia y para poner a prueba nuestra pericia en lo que hacemos.

  4. CALICO

    Siempre lo digo, estos comentarios son tan profundos y acertados que sirven para cualquier Arte Marcial.
    Las tres «patas del taburete» son imprescindibles. Muchos gimnasios de Artes Marciales se han enfocado exclusivamente a la competición, olvidando la parte de formas o defensa personal, justo lo contrario que comentas con el TCC. Creo que ni lo uno, ni lo otro. Se ha de trabajar todas las facetas del Arte para que este sea completo y efectivo. A mi las formas me encantan, me gusta practicarlas solo, me da una energía y mejora mi técnica, me llevan a un estado superior de entendimiento de mi cuerpo y mi arte… (me ha quedado un poco místico…) pero luego lo aplico al combate, intento comprender qué estoy haciendo y para qué me sirve…

    Sigue así, Antonio, me encantan estos artículos!!!!

    • antonioleyva

      Forma es entrenar en solitario lo que luego practicas con compañeros. Son cosas indivisibles. En caso contrario, es baile.
      Nada en contra del baile, mientras se le llame baile y no tenga «Tai Chi» en su nombre por ningún lado. y menos si le hace pasar por alguna clase de TCC.

      Y gracias por los elogios.

  5. YùnShou

    Gracias por el artículo y por el blog, que es excelente.
    Solo una matización. Dices que forma y aplicación son lo mismo y creo que tal afirmación requiere de alguna aclaración. Dicho así se podría pensar que las aplicaciones son tal cual se hace la forma, y no es así. Practicar una forma y utilizar esa técnica en un combate no es lo mismo. La forma es un sistema para entrenar solo. Pero los movimientos y técnicas son modelos de los que luego podrán surgir aplicaciones que solamente estarán condicionadas por la capacidad del practicante. Según los ángulos, distancias, alturas, velocidades… llevará a que una aplicación de un movimiento del taolu pueda ser golpe, proyección, luxación, patada, barrido, paso, empuje, presión, desvío, rechazo… las combinaciones son múltiples en función de las variables que intervienen

  6. jacinto ramirez

    buen orientacion.el miedo temor si se quiere a lesiones es lo preponderante y mas cuando son irreversible y quirurgicas.esa linea de pocisionamiento no la entienden los coach.maestros orientadores que son muy pragmaticos y menos deseable en lo filosofico marcial.filosofico religioso o psicologico individual sobre el arte del taichi.hay un miedo que hay que desverbalizar desconceptualizar y sombrear ese nuevo fondo esa nueva forma hasta que se introduzca con espontaneidad cualquier persona en el taichi.lo demas es lucro negocio compra de ese arte tan sutil y fuerte.

Deja un comentario