Visión periférica

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Tal vez el título incite a pensar que voy a revelar el uso secreto de la mirada en el TCC.

Lo cierto es que no, el tema es bastante más sutil. Eso, y que tampoco «me sé el secreto», si es que tal cosa existe.

Cuando enseño a un alumno, es evidente que tengo en mente que aprenda una determinada técnica, pero también que a través de ella, sea consciente de ciertos principios y de como se relacionan teoría y práctica.

La mayoría suelen darse cuenta de esas relaciones en mayor o menor medida y gracias a esa comprensión, mejoran en la calidad de su práctica.

Pero luego hay dos clases de personas. Aquellos de «visión focalizada», que son incapaces de ver nada más allá de lo evidente y sólo si se les remarca de modo enfático. Son ciegos a todo lo que pasa a su alrededor y tan solo son capaces de percatarse de lo que se les coloca intencionalmente delante de las narices y solo si se les obliga a enterarse. Incapaces de «ver» y absolutamente faltos del deseo de «mirar».

Por contra hay otros, que no solo son capaces de ver lo que tienen delante, lo que se les está explicando, sino que ponen su atención en captar detalles que van más allá de lo evidente e inmediato. Personas cuya curiosidad y agudeza son excepcionales y que no se limitan a ser meros espectadores del proceso de aprendizaje, sino que son protagonistas del mismo.

Es evidente que el talento natural es algo que no podemos exigir, (Quod natura non dat, Salmantica non præstat)», pero la actitud personal es algo muy diferente.

Debemos prestar atención a todos los detalles que se nos señalan de forma explícita, pero también a los que no. Hay que analizar todo lo que nos enseñan, desde diversos puntos de vista y relacionarlo con lo que ya sabemos. Intentar verlo desde puntos de vista diferentes a los indicados en esta ocasión por el profesor, e intentar realizar dicho análisis respecto a otros que ya se han estudiado en el pasado.

En un momento dado, yo puedo explicar la técnica de «la grulla blanca extiende las alas» y al hacerlo, enfatizar sobre la importancia de los cambios de peso durante su ejecución. Puede que la aplicación que utilice para mostrarlo, haga un importante uso de dicha cualidad.

Pero, ¿porqué no vas a poder (sin descuidar por supuesto lo que te quieren enseñar en ese momento), «mirar» como se manifiesta el principio de «hundir codos y hombros», o «distinguir entre lleno y vacío»?… Como mínimo sería un interesante experimento.

Es imposible que nadie te pueda hacer ver todos y cada uno de los aspectos presentes en un determinado movimiento, sencillamente el número de factores y puntos de vista posibles y desde los que analizar cada cuestión, es virtualmente ilimitado. Lo que si puede hacer un profesor es presentarte razonablemente «todos» los fundamentales y básicos y dejar que tú luego desarrolles por tu cuenta el estudio según tus intereses, capacidad, gustos e inclinaciones.

Por supuesto que estas palabras harán retorcerse de espanto a los «tradicionalistas» y a los «oficialistas», que argumentarán, (y algo de razón tienen), que así se pierde la pureza de los estilos, o que no habrá criterios homologados para evaluar a los practicantes.

A los primeros, sólo decirles que que esa «pureza» no es en realidad sino pobreza. Todos los fundadores, esos sagrados personajes, se caracterizan por hacer suyo el sistema en vez de ser esclavos del mismo, creando, adaptando, pero sobre todo, utilizando su intelecto y genialidad y no siendo meros repetidores de lo que en su día les enseñaron.

Para los segundos (y también los primeros), decir que siempre podemos evaluar si algo es o no válido y correcto. Si funciona, es bueno, si no funciona, NO. Lo que pasa es que pasar por el filtro de poner a prueba lo que uno sabe, es algo que asusta y que desde la cómoda poltrona de la oficialidad y el «pedigriee» sólo un loco se plantea. Poco que ganar y mucho que perder. Eso si lo que se puede ganar es el auténtico conocimiento y lo que se puede perder es tan solo fachada y apariencia y la seguridad que da ser un mediocre más en medio de la mediocridad.

Cuando aprendas y estudies, procura fijarte en los detalles importantes que se te remarquen, pero también en  los que no se te mencionen de forma expresa en esa ocasión, pero si hayan sido mencionados en otras, sólo por si allí hay algo interesante… Y no pierdas cegado por esta visión «concentrada», esa otra cualidad que es la «visión de conjunto», que es la que te permite discernir entre lo que es importante y lo que es circunstancial.

Cuando te tomas el tiempo de «mirar» los aspectos «periféricos», por lo general te llevas agradables sorpresas. Y éstas suelen generar descubrimientos y campos de estudio nuevos. Novedades que aunque te dan nuevos conocimientos y habilidades, generan también nuevas incertidumbres y te mantienen en la eterna categoría del estudiante, que puede progresar día a día, sin más límite que su tesón y curiosidad. Nunca estarás satisfecho con lo que sabes, siempre estarás persiguiendo más conocimientos y sobre todo más y mejor entendimiento. Pero nunca te sentirás aburrido ni hastiado por tu aprendizaje. Y sospecho que tampoco te sentirás decepcionado ante ti mismo por la actitud con la que estudias y progresas en el TCC.

Fruto de esta actitud, he recibido algunos de los pocos elogios que me han dedicado mis profesores y maestros, siendo el que recuerdo con más satisfacción, el día que ante una pregunta un tanto inquisitiva por mi parte sobre cierto detalle, mi maestro me contestó con un simple «chico listo»  y un guiño. Satisfacción que se queda en nada cuando la comparo con la que como profesor siento cuando ahora soy yo quien utiliza esas mismas palabras ante los comentarios de un alumno de mente inquieta y «vista periférica», que no solo «lo clava» sino que además verbaliza algún detalle sobre el que yo mismo no había reflexionado.

5 Respuestas

  1. Verónica

    Excelente. Recordar una corrección o comentario del maestro en una circunstancia que nada parece tener que ver, es poder integrar realmente la esencia, más allá del movimiento y la estética del mismo.
    Gracias!

  2. mar

    Totalmente de acuerdo con tu manera de estar y ver en la vida. Yo desde joven siento así el masaje y no me ha fallado nunca esa visión periférica. Así aprendes que la realidad es otra.

  3. Luis

    Un artículo muy interesante. Siempre me ha sorprendido la capacidad de algunos alumnos para darse cuenta de los detalles mas pequeños, de lo que apenas se muestra o se deja a la capacidad de cada uno para interpretarlo o descubrirlo. También de la incapacidad de otros para no ver ni lo que tienen delante de sus ojos de forma palpable y evidente.
    Tenía una alumna que en cada clase preguntaba continuamente ¿Y por qué no se puede hacer éso de otra manera? ¿Y este movimiento no podría utilizarse así o aplicarse para ésto o aquello? Sin duda que era la mas brillante de la clase y la que consiguió progresar mas rápido.
    Cuando se habla de arte interno me parece que se hace referencia a esa capacidad para internalizar el propio proceso de aprendizaje, pasando de mirar al profesor en las primeras etapas a observarse uno mismo e ir adquiriendo autonomía. Siempre recuerdo a mi maestro diciendo: «piensa, piensa… el taichi es para gente inteligente». O como en mi caso, que aspira a serlo.

  4. Calico Electronico

    Siempre me ha gustado ir un poco más lejos al aprender una técnica o aplicación de éstas nueva… No me considero especialmente «avispado», por eso he de decir que cuando en clase algún compañero «lo ve» antes que yo, o de otra manera diferente a la mía, también procuro sacarle provecho… El trabajo en equipo o colectivo es muy útil, a veces, en estas cuestiones… pero supongo que eso sería un tema para otro artículo.. Muchísimas gracias por tus artículos.

    • antonioleyva

      Absolutamente de acuerdo. Yo mismo soy «avispado nivel usuario». A mi favor mi «curiosidad nivel experto». Osea que con esfuerzo y curiosidad, al final todo se puede sacar. Algunos son capaces de «ver» y otros tenemos que «mirar» para darnos cuenta.
      Y sobre la influencia del trabajo de equipo, en efecto es fundamental y da para hablar largo y tendido.

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