Sin intención no hay Tai Chi Chuan

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Últimamente me enfrento con frecuencia a personas sin conocimiento fundamentado, que pretenden definir lo que es el TCC.

Evidentemente el TCC puede ser practicado por personas con diferentes intereses y con fines distintos. En eso no hay nada que discutir e incluso, es bueno que así sea, pues la especialización, engrandece el total.

El problema viene dado cuando no hay objetivos ni función definida, más allá del mero entretenimiento y de unos mucho más subjetivos e indefinibles «logros espirituales» y sobre los que no sólo no hay definición alguna sino mucho menos, método conciso sobre como alcanzarlos.

Para empezar, ciñámonos a la historia. El TCC que conocemos NO NACE EN UN MONASTERIO. No es una práctica de monjes que con su «gimnasia» (eso cuando no se utiliza el horrendo término «baile»), consiguen «sentir y dominar la energía».

No, el TCC que conocemos, el que nos ha llegado (y en mi opinión, el único que siempre ha existido), es el arte marcial practicado por varias familias en China, originalmente por los Chen y de ellos, con más o menos modificaciones, pero sin alterar nunca su función marcial, a los Yang, Wu, Hao, Sun, etc.

Basta con investigar unos minutos sobre estos apellidos para ver que son artistas marciales, famosos ante todo por su habilidad marcial y que lo que difundieron-difunden es un arte marcial.

Así pues, ¿porque las dudas acerca de lo que es o no es el TCC?.

Bien, si observamos el estilo Chen, incluso para el más profano, queda claro que los movimientos de sus formas, son patadas, puñetazos, golpes de brazo, palma, codo, hombro, así como otras maniobras, menos claras, pero que identificamos sin muchas dificultades como proyecciones y controles. El hecho de que el estilo Chen trabaje a una velocidad relativamente rápida y sobre todo que tenga generosas manifestaciones de «Fajing» (movimientos explosivos), así como que sus posturas sean claramente bajas y marcadamente «físicas», deja poco margen a la especulación sobre el significado de lo que vemos.

Una parte positiva de este enfoque «físico» es que al practicarlo, al menos estaremos consiguiendo una serie de habilidades «externas» evidentes. Y ésto ya es mucho más de lo que pueden decir la mayoría de los practicantes de TCC.

Por contra, los aspectos sutiles que confieren al TCC la mayor parte de su eficacia y también de la profundidad en su práctica, son con frecuencia sustituidos por su vertiente «física». No es que el estilo Chen no posea profundidad y sutileza, simplemente es que en demasiadas ocasiones, éstas pasan inadvertidas para el practicante en su aprendizaje, «deslumbrados» por lo evidente. Es uno de esos casos en el que los árboles, no te dejan ver el bosque. Por suerte, esta no es una realidad universal y hay excelentes maestros y practicantes en el estilo Chen, que demuestran por igual, vigor y sutileza.

El resto de estilos, beben del modo de trabajo del estilo Yang, donde las formas apenas muestran movimientos explosivos (o incluso carecen por completo de los mismos) y donde el desarrollo físico no resulta evidente en el trabajo de formas (aparentemente el único que existe para la gran mayoría). Estos estilos se fundamentan en metodologías y principios sutiles, rechazando el principio del uso fuerza, frente al de la técnica y mecánicas de movimiento sutiles, entre otras.

¿Resultado?. Bueno, de tan «sutiles» que son dichos principios, en los que la idea de «Wu Wei» o «No hacer ACTIVAMENTE», resulta preponderante, finalmente pasamos al «NO HACER NADA». Así que al final lo que tenemos es unos movimientos vacíos de contenido (y de resultados), que no es que escondan la potencia en su interior, es que no tienen nada dentro.

Una vez más, tenemos la suerte de contar con practicantes y maestros cuyo trabajo es absolutamente envidiable y que muestran su esfuerzo de atención, intención y suavidad «ocultando la aguja entre el algodón» es tan meritorio como el de más esforzado deportista en dominar sus músculos y movimientos.

Para el resto, tenemos practicantes de algo que parece estilo Chen en su apariencia externa, pero vacío en contenido, que logran un cierto desarrollo físico. Y el encaso del resto del resto de estilos, un panorama aun más desolador, practicantes sin forma física y con as mismas carencias en lo interno que los anteriores.

Aunque he practicado el estilo Chen durante bastantes años, en la actualidad no lo hago, aparte de algunos métodos de entrenamiento, centrándome en el estilo Yang.

Hace unos días una alumna me criticaba que la practica de la forma la estaba estresando porque era muy «defensa personal». Hay que decir que el único aspecto «marcial» era que les expliqué el significado de las serie «agarrar la cola del pájaro», así como de otra «lung hui tao», en la que se practican las cuatro fuerzas diagonales.

¿Muy marcial?, ¿demasiado marcial?. ¿Y como si no es explicando su sentido podemos realizar correctamente una serie de movimientos?. Sin un significado, nuestro movimiento carece no ya de corrección, es que ni siquiera será el movimiento que nos piden.

Sería como declamar unas estrofas en un idioma que desconocemos por completo, en el contexto de una obra de teatro sin argumento. Imaginemos un actor que lee con pasión, con gran pasión, un texto en un idioma desconocido y que dicho texto resulte ser el prospecto de una crema cosmética. O más ridículo aun, de un actor que lee como si de una lista de la compra se tratara, lo que en realidad es una encendida proclama heroica…

Hay quien cree que la práctica de los movimientos del TCC, por si mismos, tienen «poderes sobrenaturales», que les curarán de sus dolencias y les conectarán con dimensiones superiores de consciencia… Pues va a ser que no. Cada un de esos movimientos no son más escenificaciones de un movimiento de lucha, ya sea un golpe, proyección o control-luxación.

¿Entonces donde reside el trasfondo de los beneficios de la práctica del TCC?. Pues aparte de en realizar los movimientos con una cierta corrección física, indispensable para alcanzar los logros físicos más evidentes (fuerza, elasticidad, resistencia, coordinación, etc), debemos utilizar nuestra intención. Y too lo que no ponemos en «fuerza» hay que sustituirlo y aumentarlo en «Yi» o intención. Y para eso, no hay una intención más acertada que la del uso original con que fue concebido el movimiento, es decir, su aplicación marcial.

Es evidente que el TCC utiliza métodos sutiles y en ocasiones chocantes respecto tanto a la fuerza como a la intención, pero la cosa es que funcionan, a condición claro está, de que se usen.

Sin todo esto, tendremos mucha imaginación, pero ningún resultado, salvo el que ciertamente busca demasiados, el mero entretenimiento.

Bueno, como dije, no hay nada de malo en entretenerse, pero hay algo que si debería quedar claro, no es la dinámica del simple entretenimiento quien debe dictar las definiciones sobre lo que si o no es el TCC, ni desde luego quien ha de dirigir los métodos de difusión y enseñanza. Porque de así hacerlo, obtendremos una practica vacía, triste sucedáneo estéril e inútil de lo que en realidad es un sofisticado y depurado método de salud, longevidad funcional y por supuesto EFECTIVIDAD MARCIAL.

8 Respuestas

  1. Mercedes

    Como en todos los aspectos de la vida, la superficialidad sólo conduce a una apariencia del saber completamente vacía de fundamento. Todo conocimiento tiene su esencia y menospreciarla sólo conduce a la ignorancia.

  2. viajero

    No me voy a meter en el tema de la marcialidad que luego dicen q soy un fanatico y que solo se hablar de eso, jaja
    Confieso que…a mi me gustan los movimientos explosivos y los suaves en una misma forma, he descubierto (mi experiencia personal) que me resultan mas desafiantes encontrar la sutileza en los estilos que los combinan que en los tipo Yang, para gustos…ya sabeis, como decia el GM Bruce Lee, el verdadero arte marcial es el que te permite desarrollar la honesta y autentica expresion de si mismo, asi que, logicamente habran siempre decenas o cientos de estilos, cada uno tan valido como el otro, ya que son todas interpretaciones de unos principios basicos tanto de movimiento como de estrategia…lo que si puedo deci,r basado en mi experiencia docente (y en la personal) que el movimiento con una correcta estructura marcial es un movimiento o postura altamente saludable y se obtienen beneficios de forma mucho mas consistente. Estoy convencido, quizas influido por los clasicos, quizas como parte de mi trabajo personal, que lo marcial esta unido a otros aspectos tanto de salud como de desarrollo personal. Cuerpo y mente no son para mi cosas separadas, asi que considero que la interaccion es aun mas que obvia, es inevitable. Pero eso si, la condicion es que no se quede a medio camino. La condicion es que sea un arte marcial, un boxeo interno, no un «deporte» o una «actividad»

  3. alexrchies

    No creo que se pueda decir más claro. No obstante, no abordamos el verdadero problema que es la falta de maestros cualificados (no con títulos federativos o licenciaturas en INEF), me refiero a gente que conozca profundamente el sistema. Y, ¡ojo!, que no digo que sea culpa del que enseña, que muchas veces desconoce la profundidad de su propia ignorancia.

    Sin maestros enseñando el verdadero taijiquan es imposible encontrar alumnos que practiquen el verdadero taijiquan. Pero aún peor, es imposible atraer a alumnos que sí querrían practicar el verdadero taijiquan, sencillamente, porque no lo ven y porque no hay gente cualificada para enseñarlo.

    Y esto no quiero que se entienda como un ataque hacia los profesores, monitores y maestros españoles (que sé de buena tinta que la mayoría se deja la piel en aprender todo lo que su economía y su tiempo les permite). Las artes marciales chinas en general y el taijiquan en particular no hace tantos años que están en España y es normal que necesitemos tiempo para preparar a una generación de profesores cualificados que, a su vez, enseñará a una nueva generación y poco a poco irán subiendo el nivel. Estas cosas no se hacen de la noche a la mañana. Necesitan tiempo.

  4. Paco Serrano

    Estoy totalmenete de acuerdo en que la intencion es lo principal en la practica del taiji. La intencion de progresar, de interiorizar los movimientos, de entender que se te demanda en cada postura y en como mejorarla. En como entender la relajacion y que si no se explica la parte marcial del movimiento no se puede entender para nada su funcionalidad, ni terapeutica ni de mantenimiento ni espiritual ni nada, se queda solo en lo que los medicos recetan simepre «la ruta del colesterol» muevete un poco, anda, movilizate un poco y mejorara tu vida. Asi como la gente se cree que saliendo a andar se van a encontarr mejor, y es cierto se encontraran mejor que si se quedan en el sofa, pero esa no es la finalidad del taiji, o al menos para muchos, otros ellos sabran lo que hacen.

    Entonces creo que nos debemos centrar en la intencion que nosotros le ponemos y como nosotros lo enseñamos e intentamos propagar, mejor o peor, pero en nuestra manera de entenderlo, pero no caigamos o desviemos nuestra intencion en menospreciar a nadie o criticas que no llegan a ningun lado. Hasta en la obra existen pintores que no tienen ni idea, o muy poco, y se dedican a pintar casas muy baratas, «engañando» a los clientes y tirando los precios por el suelo. Pero el buen pintor, con precios razonables simppre ha tenido faena, o casi siempre, pero si no hace mas que quejarse, maldecir y encabronarse el y a los de su alrededor solo causara el efecto contrario a lo que pretende.

    Todo el mundo conoce o casi todos que hay un principio en el taiji chen: «Tantien se mueve y el resto del cuerpo le sigue» pero poca gente conoce y menos aun practica el principio entero: «YI (intencion) MUEVE CHI (energia), CHI MUEVE TANTIEN, TANTIEN MUEVE EL CUERPO.

    Pongamos la intencion correcta y dejemos que fluya la energia (jajajajja que bonito me ha quedado esto ultimo, ahora me llamareis iluninaty, jajajajaj).

    Antonio, espero me entiendas

  5. Cesar Sanchez Hita

    LLevo años estudiando y practicando Taiji quan, y aún no me atrevo a discernir entre cuestiones tan complejas como lo que es «veradero» o «falso»… Mis años de práctica me han llevado a conocer y practicar los estilos Chen, Yang (varias escuelas) y Wudang taiji, que si bien no es un estilo «oficial» a mí me ha servido mucho y me ha aportado grandes cualidades a mi propia práctica y comprensión. También he conocido a grandes personas practicantes de lo que muchos denominan estilos «inventados» o «falsos», y sin embargo he comprobado que son excelentes practicantes… Es necesario saber que para las artes marciales, el desarrollo de un estilo es fluido y vivo, esto es, que evoluciona al mismo tiempo que la persona que lo practica. El taiji no es algo prefijado y «cerrado», y existen grandes diferencias entre unos maestros y otros, aunque enseñen el mismo estilo; esto se debe a que cada uno añade su propia experiencia y conocimientos al arte que practica, y por eso se originan y originarán siempre estilos «nuevos», aunque provengan de una misma raíz.
    Aparte de éste pequeño aporte personal, me parece un gran artículo. Gracias

    • antonioleyva

      Yo también llevo ya unos años entrenando y por supuesto me cuido mucho de decir categóricamente que algo es verdadero o falso a menos que la cosa cante mucho (estilos inventados, sin el menor atisbo de duda a cerca de su «origen», los hay a patadas). Pero es que la cosa no va de «estilos auténticos o falsos», sino de prácticas correctas o no. Y la premisa es que lo correcto funciona y lo incorrecto no. Así de simple y sencillo.

      Mi maestro tenía unas habilidades fuera de lo normal, pero eso no convierte a cualquiera que hubiera estudiado con él en alguien «fuera de lo normal». De hecho, la mayoría de las personas que estudiaron con él, no son en absoluto sobresalientes y en muchos casos, se les puede considerar mediocres. Pero hay otros entre sus alumnos que muestran en mayor o menor grado, habilidades «fuera de lo normal». Y así con todos los maestros importantes.

      Cuando la siguiente generación, no muestra «nada», podemos concluir que el maestro de la actual no es bueno o bien que no tiene alumnos buenos. En cualquier caso, la calidad ha muerto y no hay mucho que se pueda sacar en próximas generaciones.

      Y ya centrado en el artículo, «Si no hay intención, no hay Tai Chi Chuan», mi intención al usar ese título es resumir una idea que no admite matices, o pones tu intención en lo que hace o una práctica descuidada no se puede considerar TCC. Y es que lo resultados en el segundo caso no dan para más.

      • Cesar Sanchez Hita

        Muchas gracias por la aclaración, porque lo interpreté mal al leer «estilos inventados», ya que así se podría extrapolar sencillamente a cualquier estilo derivado del Chen (incluidos el Yang, Wu, Wu(Hao) y Sun inclusive).

        Pero dices muy bien en lo de «prácticas incorrectas», y en lo de la funcionalidad. Por supuesto que si algo no funciona, es que no es correcto ni bueno, por lo tanto no sirve. Y la gran diferencia de todo esto es, como bien titulas el post: La INTENCIÓN.
        Porque sin intención ni hay taiji, ni marcialidad, ni arte, ni vida ni nada.

        Gracias de nuevo. Un abrazo

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