Programa para un principiante

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Con el inicio del curso, siempre surgen nuevos alumnos y el doble reto de aprender ellos algo tan «poco usual» como el TCC y el del profesor de marcarles un programa básico.

Hay algo que debemos entender, aprender TCC es muy difícil si el alumno no le dedica un cierto tiempo cada día. No es que necesite horas, pero 30 minutos diarios, no sólo le beneficiaran en múltiples aspectos, sino que además son la clave para que progrese con una cierta velocidad.

¿Que debe practicar un principiante?. ¡Pocas cosas!. Uno de los problemas iniciales con el TCC es que hay que aprender formas, ejercicios, qigong, aplicaciones… Especialmente en el apartado de formas, el esfuerzo para memorizar largas secuencias de movimientos, puede suponer un reto insalvable para muchos.

Lo primero que el que se inicia debe conseguir es un mínimo de tono físico, acompañado de «relajación». Sólo conozco un ejercicio que proporciones esas dos cosas simultáneamente, la práctica de posturas fijas (Zhang zhuang) entre 5 y 15 minutos diarios debería ser el primer paso. Es aconsejable iniciar el entrenamiento con una serie de ejercicios de calentamiento para soltar y movilizar articulaciones a la vez que se relajan.

En mi caso, lo segundo es practicar qigong, de la categoría «Yijingjing» (cambio del músculo-tendón). Personalmente, me gusta enseñar «Baduanjing» (Ocho Brocados de Seda) o alguna serie similar, a ser posible corta, para que memorizarla no sea el reto, sino incorporar en el ejercicio, las características de trabajo muscular y de intención propias del mismo y que luego nos serán necesarias en el resto de prácticas. Usualmente también incorporamos al inicio ejercicios para tonificar riñón y equilibrar la relación «agua fuego» del cuerpo.

Habitualmente enseño a continuación «Huei Chuan», un ejercicio de Qigong relacionado con el «Yi Jing Jing» (Cambio de Músculo y Tendón), fácil de aprender y de intensos efectos sobre el que lo practica con la adecuada intención de expansión y relajación.

(Vídeo resumen de la serie de calentamiento y qigong para principiantes)
 

Por último y pensando en la práctica individual, tenemos el trabajo de forma. Como se ha comentado, no tiene mucho sentido abrumar al principiante con mucho movimientos. En su lugar es mejor entregarles series «pequeñas» como «Acaricar la cola del gorrión» (Lan Qe wei) y que la entrenen unos cinco minutos al día.

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Una vez que se inicien en el trabajo de forma, que de nuevo lo ideal es que en esta fase sea una forma de introducción corta (o un fragmento seleccionado de la forma larga) y que una vez memorizada, se centren en el trabajo de sensaciones mientras la repiten.

Evidentemente, el aprendizaje en clase ha de incluir tanto lo visto hasta ahora, como todos los detalles de movimiento, aplicación, etc que acompañan a cada ejercicio. Aprendemos en clase, entrenamos en casa.

¿Y en clase?. Bueno, en clase «lo mismo», pero evidentemente podemos ampliar poco a poco el temario.

En el aspecto «ejercicios» en nuestro caso tenemos varias opciones. Por un lado «Tai Chi Sao» (Gimnasia del estilo), que incorpora ejercicios tanto para mejorar nuestra forma física en general, como elementos de mecánica corporal que luego se han de incorporar al resto de prácticas.

Tenemos también ejercicios específicos para desarrollar ciertas habilidades, como la «Fuerza de devanar Seda» (Chanse jing), «Abrir y Cerrar» (Kai He Jing), «Emitir fuerza» (Fa Jing), «Relajación» (Song),…

Poco a poco el alumno irá incorporando estos trabajos en su entrenamiento personal, practicando de forma muy concreta el que mas le convenga en cada fase de su aprendizaje.

Uniendo ejercicios y forma, podemos entrenar cada movimiento por separado, tanto en estático como en movimiento, introduciendo así distintas posibilidades de pasos y desplazamientos presentes en las formas y que acompañan o no a cada uno de estos movimientos. Este es otro tipo de trabajo que el alumno puede incorporar a su práctica personal.

Forma. Para un principiante, la forma no debería ser el centro de su formación. Al contrario, el entrenamiento básico (Chipen kung) debe ser el núcleo de su aprendizaje. No obstante, la forma resulta ser un excelente «contenedor» para todos los conocimientos que se van adquiriendo. Lo ideal en este caso es pues, una forma de introducción en la que el alumno no tenga la memoria como handicap y que una vez aprendida en un corto periodo de tiempo (días) pueda pasar a «rellenarla» con los elementos aprendidos en el resto de prácticas.

Por último tenemos el tuishou y las aplicaciones. Hay quien piensa que se trata de «conocimientos avanzados» y que como tal hay que reservarlos para cuando el alumno tenga un considerable nivel…

Mi opinión es muy distinta. Cuando el alumno aprende un movimiento o postura, debe de aprender simultáneamente ejemplos de aplicación variados y entrenarlos con un compañero.

Evidentemente, la tendencia por parte del alumno será a usar fuerza y velocidad sobre la técnica, sobre todo porque en estas fases, la desconoce. Ese es el trabajo del profesor. Centrar el trabajo de aplicación en la adquisición y comprensión del principio más evidente aplicado en la misma y hacer de éste el foco de atención durante la práctica. Y transmitir la sensación correcta aplicando la técnica al alumno y recibiéndola del mismo.

Esto puede llevar a que algunas aplicaciones, sin caer en el absurdo (algo que pasa con frecuencia), no tengan tanto la idea de realismo en su práctica, como la del aprendizaje de habilidades. Así podemos estudiar como soltarnos de un agarre de ambas muñecas, obviando soluciones mucho más simples y pragmáticas como dar una patada o pisotón a quien nos agarra, en vez de aplicar una llave más o menos compleja. No está de más hacer a los alumnos partícipes de este hecho.

El trabajo de aplicación es el que da de inmediato sentido a lo que se aprende en formas, donde se utilizan plenamente las habilidades de ejercicios, qigong y formas y por lo tanto, el mejor espejo donde el alumno puede ver por sus efectos sobre el compañero, si lo que hace está o no bien realizado.

Repasando la forma tradicional del estilo Yang, tenemos unas 30-40 series distintas (dependiendo de como contemos). Un modo correcto de acercarse al trabajo de aplicación es tomar cada una de estas series, tal y como se presentan en la forma y trabajar aplicaciones de las mismas. De este modo el alumno aprende cada movimiento, aprende su uso y cuando aprenda la forma, ya tendrá un bagaje básico previo sobre el significado de ese movimiento.

(Ejemplo de aplicación de las series básicas en TCC de Zheng Man Qing) 

Por último tenemos el Tuishou (Empuje de Manos). En principiantes, lo esencial es practicar patrones básicos y sobre todo, entender la función de los mismos. Dejar de lado todo aspecto de «competición» y centrarse en las habilidades de «escuchar» (Ding), «Entender» (Dong) y «Neutralizar» (Hua). Aunque Tuishou es una herramienta imprescindible para todo el que quiera realmente entender el TCC, el foco en principiantes hay que ponerlo en el trabajo básico por un lado y las aplicaciones por otro. Más adelante, sin embargo, el tuishou pasará a ser el núcleo del trabajo por parejas y las aplicaciones su consecuencia.

Así, en una clase de 1:30 horas, podríamos dedicar 15 minutos al calentamiento, 15 al Qigong, 15-30 a los ejercicios y 30 a la práctica por parejas. Por último, terminar con forma, esencialmente enfatizando en lo visto ese día en el trabajo por parejas.

Para entrenamiento en solitario, 30 minutos repartidos en 5 minutos de calentamiento, 5-15 de «Posturas fijas» (Zhang Zhuang), 5-10 de Qigong y el resto en trabajo de forma.

Y como norma para el alumno, ¡repasa 10 veces al día lo que aprendes entre una clase y la siguiente!. No se trata tanto de «entrenar» (eso lo tienes ya en tu media hora de práctica diaria), como de repetir a simples efectos de memoria y sin esfuerzo alguno para  «mejorar» la técnica, como en recordarla. Esto puede suponer dedicar 10 minutos diarios, repartidos en múltiples sesiones para fijar y memorizar lo aprendido. Como no es preciso esfuerzo ni siquiera «repetir todo», incluso el repaso puede hacerse simplemente de un modo «mental», imaginando que repetimos el ejercicio en cuestión, practicar de este modo en cualquier momento perdido del día, como al esperar un ascensor, o toma la costumbre de reservar unos segundos antes de una actividad cotidiana para repasar (antes de lavarse las manos, o de ponerse el abrigo en casa…), son recursos que pueden constituir un hábito que no interfiere con nuestra vida diaria y sin embargo nos permitirán avanzar de un modo mucho más rápido y efectivo.

Este modelo de entrenamiento básico se puede seguir si problema durante todo un año y aun así habrá muchas cosas que se quedarán en el tintero.

El alumno no sabrá realizar una forma al aire, pero sin embargo tendrá el conocimiento más básico que encierra la misma. Y estará en posesión de las herramientas que le permitan aprender de un modo sencillo y con provecho cualquier forma, larga o corta que le interese.

En el pasado, el estudiante pasaba por periodo de unos tres años, en los que fortalecía y «educaba» su cuerpo y aprendía la técnica básica a base de, literalmente, miles de repeticiones. Sólo después de esto, es cuando aprendía la forma. No era el trabajo del principiante sino el del alumno ya «iniciado».

Hoy por hay se hacen las cosas justo al revés. Las razones pueden ser motivo de otra entrada, por ahora simplemente aceptaremos que es la realidad actual.

Si nuestro objetivo es simplemente «realizar un baile» y movernos un poco, nada que objetar, pero si queremos aprender TCC, mejor dejar de lado las formas como trabajo fundamental en los inicios y dedicarnos al trabajo de base en su lugar. No tan estético, es mucho menos «cool», más «aburrido» a la vista…, pero a la postre, es lo realmente interesante y que si rinde frutos evidentes y no sólo «imaginarios».

Si te inicias en un grupo de TCC, donde el entrenamiento sea razonablemente similar al descrito, ¡felicidades!, tienes posibilidades de aprender y llegar a poseer un buen estilo. Si por el contrario, sólo ves una forma, nada de aplicaciones, nada de trabajo básico, Qigong que no traduce en habilidades físicas «palpables y evidentes»…, bueno, esperemos que al menos te guste el «baile chino», porque es a lo único que vas a acceder.

4 Respuestas

  1. Imanol Tudanca

    Hola Antonio, un artículo muy bueno e instructivo para todos los que estamos cansados de los «bailes chinos». Una pena no tener profesores/ instructiores/ shifus… con tu mentalidad más a mano. Para los que, como yo, no encontramos un grupo al que poder unirnos y tenemos que buscarnos la vida, siempre nos viene bien algun consejo de gente experimentada y profesional que nos eche una mano para indicarnos cual puede ser un camino, real, a seguir.
    Sigue así, no cambies tu forma de entender el TJQ, ni de enseñarlo.
    Un saludo desde el norte.

  2. fernando veira

    Con algunas variantes en cuanto al estilo de los ejercicios y pequeñas discrepancias en los tiempos asignados a las materias, en espíritu es igual a como introduce un servidor a sus alumnos principiantes. Excelente artículo como siempre.
    Lo más difícil es lograr que los alumnos practiquen en su casa, la mayoría necesita del látigo del docente, jeje. Pero doy fe que algunos alumnos son realmente aplicados, ¡gracias a los Ocho Inmortales!
    En mi caso suelo introducirlos con 3 ejercicios simples, llamados «las tres perlas» que pueden ser usados como calentamiento, preparar el cerebro para las secuencias básicas, iniciarse en el concepto de las aplicaciones y reconocer cosas básicas como gestionar el peso correctamente, manejar apertura y cierre de las ingles, sacar el movimiento de la cadera, independizar la cintura, cuidar el arriba y el abajo, etc.
    Pero sobre todo, yo uso esto como test de la habilidad del alumno en recibir y procesar la información y asi detectar sus puntos fuertes y sus áreas problemáticas, que es lo que ya me va dando una idea de cuál serán los obstáculos a batir…claro que esto igual suena egoísta, porque estoy hablando de mi función…pero ciertamente si uno no se percata de qué puede hacer que el iniciado coja buen rumbo, uno corre el riesgo de transformarse en esa clase de docente que le da los apuntes al alumno y que se las apañe como pueda, jajaja.
    Personalmente, me tranquiliza más tener una idea mínima de que tanto talento o disposición tiene la persona, evaluando los progresos en el primer mes de clase.

    Totalmente de acuerdo en no priorizar la forma.
    Mejor tener 5 movimientos claramente definidos y comprendidos que 108 absolutamente vacíos de contenido.
    Todos sabemos que los grandes maestros que destacaron en las artes guerreras no lo hicieron por acumulación de técnicas, sino por pulir unas pocas afines a su estilo de lucha.
    Quizás sea un problema en occidente, o tal vez del humano en sí, que siempre intenta suplir la calidad con la cantidad. Aunque tiene su lógica…es más fácil coleccionar guitarras que aprender a tocarlas como se debe.

    Totalmente de acuerdo en machacar lo básico…que al final nunca es básico por que sea una perogrullada .. sino porque está en la BASE del edificio técnico que quieres construir. Y así como se hacen estudios de estructura en un puente, cada tanto todos debemos atender y revisar nuestros cimientos para que las cosas funcionen correctamente.
    Una vez más, muchas gracias por compartir tu punto de vista.
    Un abrazo

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