Numerologia

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En los estilos chinos (y de influencia china, como es el caso del Karate de Okinawa), es frecuente encontrar que ciertos números presiden la práctica.

En TCC, la forma tradicional del estilo Yang consta de «108» series, el kata de Karate «Suparimpei«, significa precisamente «108».

Otros números «frecuentes» son el «3», «5», «8», «9», «18», «36», «1000». Todos ellos tienen simbolismo religioso, ya sea budista o taoísta, o ambos a la vez.

Es frecuente que al realizar un determinado ejercicio, se sugiera un cierto número de repeticiones para el mismo. Y que se insista mucho en ello.

Por ejemplo, los chinos son muy dados a enseñar las cosas en «grupos de tres». Y lo cierto es que en ocasiones, tres pueden ser «muy pocas» o con mucho ser «demasiado».

La razón es que se considera el tres como un número «perfecto». Así tenemos que se habla con frecuencia de las «Tres Armonías Internas y las Tres Armonías Externas«. De la triada del «Hombre, el Cielo y la Tierra«, o del «Ching (esencia), Chi (energía), Shen (espíritu)», o del «Yin, Yang, Tao«, los diferente trigramas (tres lineas, continuas o partidas en dos) de los símbolo del «Pa Kua» y el I Ching…

Por eso la tendencia a enseñar la cosas en grupos de tres.

O el Cinco, los «Cinco Elementos«, los «Cinco Animales«…

Curiosamente, el cuatro no es un número frecuente. Para los chinos, el cuatro implica la muerte. Tal es el grado al que se llega al respecto que en los rascacielos chinos, no hay planta 44. Nadie compraría un piso o pondría una oficina allí, así que si ha de haber una «zona de servicios», «almacén», «cuarto de máquinas» etc, será en esa planta, no veremos el número «44» escrito y seguramente, y si hay una empresa que radique allí su razón social, seguro que es extranjera.

Sin embargo el «13» es un número de buen augurio y de especial importancia en el TCC, al ser «13» la suma de las «ocho fuerzas y los cinco pasos«, llegando a las «Trece posturas«. Lo que por otra parte choca con la superstición occidental respecto a ese número.

El «siete» es un número con connotaciones budistas.

El «ocho» es un número de implicaciones taoístas, como los «ocho trigramas» que a su vez dan lugar al combinarse a los «64 hexagramas» (8 x 8) del I Ching, el conocido «libro de los cambios» y su sistema de adivinación asociado.

El «nueve» es una evolución del ocho. Si el ocho representa las cuatro direcciones cardinales (N, S, E, W) y sus diagonales, al añadir la noción del «Centro«, aparece el 9. Sólo recordar que los chinos llaman a su país «Chung kuo«, literalmente «País del Centro«.

«18», «36», son múltiplos de «3», de «9»… A su vez «108» es el resultado de sumar «36» tres veces.

«21», es un múltiplo de «7» y de «3», de nuevo implica dos números «buenos» a la luz de la numerología china.

«1000»  o incluso «10.000» son números con implicaciones religiosas («los 10.000 seres«) y también una cifra «simbólica» para  dar a entender un esfuerzo continuado; «100 días para el sable, 1000 para la lanza, 10.000 para la espada«.

Así se dan paradojas como que un ejercicio se repita «36» veces, pero que el siguiente número «apropiado» si deseamos aumentar al intensidad del mismo sea el «108» y después ¡el «1000»!.

Por otro lado, en China, tras la Revolución Comunista y en especial tras la «Revolución Cultural», se ha ido perdiendo (por las buenas o por las malas) el apego a esas «viejas tradiciones y supersticiones» y también, por qué no, el contagio por la lógica cartesiana de occidente, ha llevado a desechar el uso de esos números o a sustituirlos por otros con connotaciones más afines a la ideología imperante.

Así, la forma tradicional del estilo Yang, que al igual que la de muchos otros sistemas, constaba de 108 series (y el una forma de conseguir ese número es forzar las cuentas, contando o no un determinado movimiento que se repite, o descomponiéndolo en partes para lograr más elementos y así llegar «como sea» al número deseado). En la actualidad, ese número sólo sigue en vigor en lugares como Taiwan, donde la numerología y las tradiciones nunca fueron objeto de persecución.

En otras ocasiones el cambio se justifica mediante nuevas formas de contar, con objeto de «diferenciarse de la competencia», de tal manera que una misma forma, con diferencias mínimas de matiz y en esencia «la misma», posee diferente número de pasos, series o movimientos, según quien las cuente.

Yo sigo usando las cifras que me enseñaron para los ejercicios (número de repeticiones), para nombrar las formas, etc. Evidentemente, no lo hago por sentirme atado a unas creencias que no son las mías, pero por un lado, puesto que algún número hay que utilizar, ¿por qué no seguir con los mismos?. Por otra parte, el mantenerlos, no deja de ser una forma de respeto hacia quien me los enseñó y si les daba importancia y un modo «inocuo» de conservar la «tradición» sin por ello caer en superstición.

Así que si alguien te dice que debes realizar un determinado ejercicio un número preciso de veces, entiende que hay un simbolismo cultural detrás, pero que alterar el número, ya sea por error, ya de forma intencionada, ni invalida el ejercicio, ni conlleva trágicas consecuencias como el desarrollo de misteriosas y graves cuando no letales enfermedades, ni trastocará tu genoma, ni tu orientación sexual, ni te deparará mala fortuna.

Pero si eres de los que «no creen, pero por si acaso…«, ya tienes unas indicaciones sobre los números «adecuados».

Dedicado a Andrés.

7 Respuestas

  1. Alejandro Delgado

    Excelente artículo, como siempre, Antonio. Los japoneses importaron también muchas de esas supersticiones de los chinos y un ejemplo es el 4: se puede decir «yon» o «shi», que suena igual que «muerte».
    Y de lo demás… «Mil días para convertirte en principiante, diez mil para convertirte en maestro», decía Mas Oyama.
    Un abrazo.

    Y de los 1.000 ó 10.000… «Mil días para convertirte en principiante, diez mil para convertirte en maestro», decía M

    • antonioleyva

      😀 ¡Que bueno!. Pero claro, Yang Chen Fu es el producto de una China ya muy modernizada, por eso fueron 10 ptos…. Aunque destaca que su alumno Cheng Man Ching volviera a hacer uso del trece en los «13 capítulos sobre el Tai Chi Chuan»…

  2. Manolo Mazón

    Ja ja Gracias por el articulo ¡me he reído un montón ! porque alguna vez he creado algún momento «incómodo» (sin querer… o queriendo) y me los has recordado jajaja … o se me ha mirado mal cuando a la forma de 108, la he llamado de 85, o de 88 o larga, sin más…. siempre hay ciertas «tensiones» y aparecen las competencias si no lo cuentas como te dictan. jajaja

    En fin, Felicidades por este articulo y con tu permiso , lo comparto por ahí.
    Un abrazo.

    • Jordi Vilà

      Gracias Antonio. me permito apostillar algo:
      El hecho de contar, el número que sea, hace que la mente esté por la labor, y tengamos tiempo para distracciones. Así, si tengo que contar 108 respiraciones en la postura del árbol, por ejemplo, me será difícil pensar en otra cosa. Cosas de chinos.
      Un saludo.

  3. albero

    Muy ,pero que muy interesante está parte,como otras que leí de prácticas de ejercicio ,posturas etc, me ha ayudado mucho,la pongo en favoritos,ya que bueno…tengo problemas por un crecimiento escesivo de pequeño,y estoy practicando TTC estilo Chen ,y me va muy bien,( por trabajo estoy 3 días sin ir a clase,y sufro de caderas para a bajo) para que veas..lo de los números me ha resultado super curioso y conmovedor,un saludo!!!

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