La importancia del programa.

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A raíz de mi participación sobre cierto tema en un foro al respecto de la importancia del programa en un estilo (http://www.hispagimnasios.com/foro-de-artes-marciales-f2/topic85077.html), he decidido escribir sobre la importancia de un programa de estudios dentro de una escuela de TCC.

Bien, un programa debería ser la guía que te permite llegar con garantías a donde te propones. Por eso toda escuela (más allá de estilos o sistemas), ha de tener claros sus objetivos y metas.

En mi caso, los objetivos son tres: Salud, Longevidad Funcional y Habilidad Marcial. Y los tres han de desarrollarse a corto medio y largo plazo de un modo armónico.

A menudo se entiende que un programa no es más que el catálogo de conocimientos que un estudiante ha de adquirir para superar un determinado grado. Es evidente que el programa ha de permitirnos hacer eso (¡que menos!), pero personalmente consideraría que se trata de un programa dramáticamente pobre.

El programa técnico debe ser algo más que conocer las técnicas que lo componen. En realidad un programa debe ser un método para alcanzar nuestras metas, el conjunto de herramientas y habilidades necesarias para lograrlo.

En mi caso, el programa «básico» incluye:

1. Ejercicios. Ejercicios de gimnasia específica (Tai Chi Sao), que además de proporcionarnos habilidades físicas como fuerza, resistencia, elasticidad, coordinación, movilidad articular, etc, nos entrenan en las mecánicas de movimiento propias del sistema.

Esta serie incluye ejercicios de elasticidad, ejercicios de la categoría «Zhang Zhuang», o «mantener posturas fijas», desarrollando fuerza, resistencia, capacidad de relajación, etc, ejercicios para mejorar el equilibrio…

Otra variante sería la práctica de movimientos aislados de la forma, por ejemplo «Yen ma fen zong», con los pies juntos y piernas flexionadas, en postura «mabu» (postura del jinete) y con pasos de modo similar a como se practica en las formas.

2. Chikung. En este campo, aprendemos a integrar atención, intención, movimiento y respiración. Se aprende a partir de ejercicios «simples» como «Baduanjing», («Ocho brocados de seda»). Incluye también trabajos de tonificación de órganos (riñón, corazón, etc), auto-masajes, etc, con la intención «simple» de potenciar nuestra salud.

3. Forma. Aquí lo que tenemos es un conjunto de movimientos encadenados donde se recoge TODO en cuerpo técnico-estratégico del estilo. Pero este conocimiento está codificado y hay que saber «interpretarlo». El trabajo de aplicaciones es inherente a esta categoría y aunque puede considerarse que pertenece a la siguiente, es indisoluble de la fase de «forma». Forma sin trabajo de aplicación, es perder el tiempo.

4. Trabajos por pareja. Tuishou, San Shou, Ta Lü…, métodos que nos entrenan en habilidades corporales que precisamos a la hora de interactuar con un compañero /rival. Son habilidades que permiten que nuestras técnicas realmente funcionen.

5. Teoría. Si, teoría, el estudio de clásicos, de principios y de conceptos. Muchos saben hacer formas y ejercicios de chikung (qigong), pero luego desconocen su función, su uso, o como deben modularse para que «sean TCC» y lo más importante, nos permitan alcanzar los logros que inicialmente expusimos.

Aunque no soy muy partidario de los «grados», que no son necesarios más que para los que necesitan recompensas «externas» en vez de disfrutar con el proceso permanente de aprendizaje y con los logros alcanzados, si entiendo que hay que dosificar el conocimiento que se entrega a un alumno con el fin de que le resulte «digerible».

Un programa «básico» incluye una colección limitada de ejercicios. Personalmente conozco varias series con estas características y todas ellas son altamente interesantes y útiles, potenciando cada una de ellas ciertas habilidades, pero tocando todas de un modo razonable. Y cada una de ellas incluye aspectos sutiles de enorme complejidad y profundidad. Con una serie simple es suficiente. Hay que aprenderla, hay que entrenarla y obtener sus resultados evidentes. Para un principiante, esto sería ya un gran logro. Desentrañar toda su profundidad e implicaciones, el trabajo de toda una vida.

Respecto al Chikung (qigong), lo mismo. Esta fase es un campo de estudio completo por si mismo, pero lo que un principiante necesita es un método de fácil ejecución, donde poder adquirir habilidades y conocimiento por la vía de las sensaciones. Más adelante, trasladar estas habilidades a todo lo que hagamos, sería el siguiente paso.

Respecto a la forma, un principiante posiblemente ni siquiera necesita una secuencia «definida» en sus inicios, sino más bien, aprender técnica básica. Las formas no son un trabajo de principiantes. En si mismas guardan el potencial de englobar TODO lo que incluyen las demás fases. El problema es que lograr que eso sea algo real y cierto en vez de un simple eslogan, suele ser tarea imposible sin la colaboración del resto de aspectos del programa.

Trabajos de pareja, se inician con tuishou (empuje de manos), con objeto de introducirnos en las habilidades de pegarnos, escuchar, neutralizar, etc. Comenzamos con patrones simples y se continúa con la práctica «libre» de los mismos.

Todo este programa puede aprenderse y desarrollarse de un modo «aceptable» en un año.

Y luego surgen varias opciones. Una es ampliar el programa con nuevos conocimientos. La otra profundizar en lo que se conoce, a la luz de conocimientos teóricos sobre la naturaleza del sistema. Personalmente creo en una solución mixta.

Con la mejora de las habilidades, surge el concepto de «kung fu», o habilidades-poder, desarrollado a través de entrenamiento intenso y prolongado en el tiempo. Ésto puede dar lugar a ejercicios tanto de acondicionamiento como de Chikung específicos para desarrollar de modo particular una determinada habilidad, así como a tomar conciencia de la profundidad latente de los ejercicios básicos que ya conocemos.

Ejercicios como Zhang Zhuang, o chikung como «Baduanjing», pueden adquirir matices sorprendentes cuando se practican bajo la óptica del «kungfu», transformando ejercicios saludables en métodos de inusitada intensidad para el fortalecimiento…

La adquisición de nuevos conocimientos teóricos puede originar la necesidad de nuevos ejercicios para su dominio (por ejemplo, ejercicios de «Chanse jing» o «Fuerza continua-espiral», ejercicios para desarrollar de un modo específico las fuerzas de cierre y apertura «Kai-He»), por más que nuestro programa básico ya las contemplase de un modo «genérico».

El trabajo de parejas se puede ampliar con nuevos patrones de tuishou, con la incorporación de pasos, tanto libres como pautados, pasos que ya habremos entrenado previamente en nuestra formación básica de forma, pero que ahora integramos en los métodos por parejas…

En realidad un buen programa básico, debería darnos la habilidad de crear ejercicios nuevos a base de la combinación de éstos, para el desarrollo de habilidades nuevas que surjan del propio entrenamiento.

Un buen programa no es muy extenso, pero te provee de herramientas «multifunción» para cubrir todas las áreas de estudio.

No todos los programas han de ser iguales y lo importante es ver si consiguen cumplir con su objetivo. Por ejemplo, el trabajo de San Shou (forma por parejas), no está presente en el currículum de muchas escuelas. No pasa nada. El San Shou tiene unas funciones determinadas, si las mismas pueden ser correctamente cubiertas por otros métodos, su omisión no presenta problema alguno. Otra cosa sería si por el contrario, su omisión si implica graves carencias…, entonces estamos ante un programa deficiente.

A veces, tanto se simplifica, que aunque virtualmente, «tenemos todo lo imprescindible» para alcanzar nuestros objetivos, lo cierto es que con las herramientas disponibles, lograrlo está sólo al alcance de escasos genios.

El estudio y profundización de cada fase y sobre todo la relación entre los diferentes elementos de las mismas, así como la comprensión profunda y la capacidad para desarrollar tanto cada fase por separado como para hacer uso de sus posibles combinaciones es lo que determina el nivel del practicante.

Si tu programa de base, no recoge un repertorio técnico «rico» que cubra satisfactoriamente las necesidades que correspondan, pero a su vez no sintetiza, distinguiendo lo que son «técnicas fundamentales diferentes» de lo que no son mas que meras variantes, tienes un mal programa.

Si tu temario no integra la formación física y el acondicionamiento, de forma complementaria y armónica con el cuerpo técnico, no es un buen programa.

Si el programa no te provee de ejercicios por parejas que te guíen en el estudio del programa técnico, es un mal programa. Un sistema que te lanza a lo loco al combate (o que nunca te lleva a ello), sin tener un método que te introduzca de forma gradual y creciente en niveles cada vez más intensos, libres y elaborados de aplicación técnica, es un programa pobre que sólo funcionará para gente especialmente dotada o con experiencia previa que le permita solventar las deficiencias.

Cuando un programa sólo incluye un cierto número de técnicas, tipo «25 técnicas de patada», «técnicas de puño», «8 codos», «35 derribos de cadera», «6 de hombro», etc, separándolas arbitrariamente por grados y mézclándolas arbitrariamente con lo que no son mas que variantes y combinaciones, hasta llegar a un absurdo número finito de «técnicas del estilo», estamos ante un nefasto programa, que deja demasiado campo por cubrir a la genialidad de practicante.

Un buen programa no tiene por qué ser muy extenso, pero debe poder dar lugar a un virtualmente ilimitado número de variantes técnicas.

Un buen programa es aquel que nos proporciona las habilidades necesarias para progresar más allá de las limitaciones del propio programa.

Ante la ausencia de un buen programa, o mucho más grave, ante la ausencia de un programa, muchos tienden a cubrir deficiencias, complementando con conocimientos de otras escuelas.

Es típico encontrar gente que «sabe hacer formas», pero acude a cursos donde les enseñen tuishou, aplicaciones, etc.

Ésto es un mal parche por diferentes razones.

En primer lugar, cada escuela, cada experto, tiene sus pequeñas o grandes diferencias de interpretación de los principios del TCC. Y esto no es malo, simplemente, determina las características de su trabajo. Un maestro centrado en un trabajo «evasivo» tendrá un tuishou diferente de otro centrado en la habilidad de enraizar y emitir. Usar el tuishou de uno con la ejecución técnica del otro, será una mala idea.

Una buena escuela consigue que todos los elementos de su programa trabajen de forma armónica y coordinada, apoyando unos aspectos a los otros. De lo contrario, las contradicciones técnicas nos impedirán el progreso ya desde cotas muy bajas.

Cuando una escuela tiene un buen programa, ver, aprender, comparar e incluso incorporar-adaptar las habilidades de otra escuela en nuestro repertorio, es algo muy interesante.

Incluso aunque su método fuera incompatible con el nuestro, la comprensión del mismo y su estudio, llega a enriquecer el conocimiento previo del nuestro.

Pero sin una base previa, el sistema híbrido resultante tiene pocas posibilidades de ser eficiente. En su lugar, lo lógico es abandonar una de las dos (o más) escuelas y centrarnos en aquella que tenga el programa y sistema de conocimientos mejor integrado. Por mucho que ello pueda ser inicialmente «doloroso», a medio y largo plazo es lo único realmente útil.

En ocasiones, el programa de estudios va acompañado de un programa de grados. Es lógico que el conocimiento se dosifique. Si en nuestro primer años de colegio nos enfrentasen a todos los conocimientos que adquiriremos desde preescolar hasta la licenciatura universitaria, nadie aprendería absolutamente nada.

Cuando el programa se limita a incorporar conocimientos pero no comprensión y habilidades, y sobre todo cuando es un programa cerrado, con tarifa de precios por acceder al siguiente nivel… Bueno, eso es un nefasto programa del que poco podremos sacar en limpio.

Como decía venía a decir un buen amigo, «el programa de un estilo serio, es la piedra angular del mismo, algo de lo que sentirse orgulloso y no un mero trámite a cubrir».

2 Respuestas

  1. Juan carlos

    Excelente artículo y justo lo que andaba buscando…

    Llevo un tiempo interesandome por el tai chi ya que he realizado artes marciales con anterioridad y me apetecía conocer algo más sobre el mismo. El problema lo tengo cuando me he puesto ha buscar un gimnasio para aprender (vivo en Madrid)

    En general he visto todo el mundillo que rodea este arte marcial digamos que rodeado de mucho esoterismo/misticismo y no conseguía tener nada claro como evaluar lo que me iban a enseñar y como elegir un gimnasio.

    He encontrado este blog en mis busquedas y la verdad es el que más me ha gustado sobre el tema. ¿algún consejo para empezar a aprender en Madrid?

    Muchas gracias

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